La nariz puede captar un billón de olores

El olfato humano puede detectar más de un billón de olores según un estudio realizado en Estados Unidos y que puede arrojar luz de la forma como el cerebro humano procesa información compleja. El experimento realizado por el Laboratorio de Neurogenética de la Universidad de Rockefeller, en Nueva York, muestra la capacidad humana para distinguir entre variaciones de olor mucho más extensa de lo que se pensaba. Los investigadores, dirigidos por el doctor Andreas Keller, probaron la capacidad de los voluntarios de distinguir entre diversas mezclas de olores y sacaron conclusiones basados en la sensibilidad de la nariz y el cerebro de estas personas. Aunque el número actual de olores que se detectan aceptado es solo de diez mil, Keller ha sido el primer científico en establecer un nuevo número con una prueba científica. Según el Director General de la Fundación del Cerebro de Madrid, David Pérez Martínez, "podrían ser millones o billones de posibilidades de olores distintos, a lo mejor teóricamente es así, pero en la práctica la mayoría de los seres humanos no están capacitados para llegar a ese volumen". Para el estudio, publicado en la revista Science, los investigadores sometieron a 26 personas a diversas combinaciones complejas de 128 moléculas de olor para saber si podían distinguir entre mezclas con algunos componentes en común. Para crear las muestras, Keller se centró en moléculas de olor responsables de aromas como la naranja, el anís y menta verde que mezcló en combinaciones de olores en diferentes proporciones de los componentes. Los voluntarios recibieron tres muestras, dos de las cuales contenían mezclas iguales y se les pidió que eligieran la que era diferente. A partir de estas muestras se realizó una extrapolación para estimular el número de olores promedio que lograron distinguir y así, determinar el número que un sujeto promedio es capaz de diferenciar y que ronda el billón de olores. El responsable del estudio teoriza con que nuestros antepasados usaban y apreciaban más el sentido del olfato debido a que la postura acercaba más la nariz a la tierra donde la mayoría de los olores se originan. Luego con la postura erguida y más recientemente, comodidades como los refrigeradores y las duchas diarias limitan de manera efectiva los olores del mundo moderno.

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