Día de los Caídos: fin de semana feriado deja 3 muertos y 32 baleados en Chicago

Telemundo

Tres personas murieron y al menos otras 32 resultaron heridas en diferentes tiroteos a lo largo de Chicago durante el fin de semana del Día de los Caídos.

En preparación para el fin de semana, el Departamento de Policía de Chicago canceló los días libres y puso a los oficiales en turnos de 12 horas.

Los tiroteos aumentaron un 36% este año en comparación con el mismo período en 2020, según datos de Sun-Times. Los homicidios están aumentando en vecindarios afectados durante mucho tiempo por la violencia con armas de fuego.

El lunes por la tarde, Chicago iba camino de tener su fin de semana del Día de los Caídos menos violento desde 2013, cuando 6 personas murieron y otras 29 personas fueron baleadas.

El año pasado, 10 personas murieron a tiros y otras 39 resultaron heridas durante el fin de semana feriado de Memorial Day, el más mortífero que ha vivido Chicago desde el 2015, cuando 12 personas murieron.

Dos de los tres tiroteos mortales se reportaron la noche del lunes en Humboldt Park, donde un hombre de 40 años fue baleado en la cuadra 700 North Spaulding y el sábado en Logan Square, donde un hombre de 29 años recibió un impacto de bala que le costó la vida sobre la cuadra 3700 W. McLean.

La policía de Chicago dijo que a eso de las 9p.m. del sábado, Mike Alicea estaba en la acera cuando alguien salió de un vehículo y comenzó a disparar. Alicea recibió impactos de bala en el brazo y la pierna y murió tras ser llevado al Hospital Masonic.

Horas antes, un hombre de 26 años fue asesinado a tiros en Lawndale. La policía dijo que Luis Poole conducía hacia el este por la avenida Ogden cuando le dispararon en la cara y el pecho. El vehículo que conducía se detuvo después de golpear un poste de luz en la cuadra 3100 West Ogden Avenue.

Varios de los tiroteos no mortales ocurrieron en los vecindarios Gran Crossing y Belmont Cragin. También durante el fin de semana ocurrieron dos balaceras sobre el Lake Shore Drive.

Parte de la estrategia consiste en aumentar la vigilancia en áreas con mayor índice de crímenes, en especial en el oeste y sur de la ciudad.
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