Casi 20 años después de aquel trágico 11 de septiembre de 1995, en el que el niño Jimmy Ryce, de 9 años, fue secuestrado en la intersección de la 232 SW 62 Avenue, después de bajarse del autobús escolar, su asesino Juan Carlos Chávez está apelando a la Corte Suprema para evitar ser ejecutado por inyección letal.
Chávez fue apresado el 8 de diciembre de 1995, casi tres meses después de la desaparición de Jimmy, lo que acabó con las esperanzas de quienes esperaban que Jimmy aún estuviera vivo.
La policía arrestó a Chávez, quien había llegado de Cuba unos 4 años antes, tres meses después de que la persona que le alquilaba el tráiler en el que vivía descubriera la mochila del menor en un armario del tráiler.
Chávez le confesó al detective Luis Estopiñán todos los detalles del crimen, desde como lo secuestró hasta como lo violó, lo mató y lo descuartizó.
Chávez enterró el cuerpo descuartizado de Jimmy en macetas que estaban cerca de la granja donde trabajaba, aunque en el juicio Chávez quiso defenderse diciendo que el detective lo coaccionó para que confesara el crimen.