Chicago

Violencia y tiroteos están afectando a los niños en Chicago

Incluso cuando realizan actividades inocentes como jugar en el patio.

Ante el aumento de la violencia entre pandillas en Chicago está subiendo también la cifra de niños que son alcanzados por las balas, incluso cuando realizan actividades perfectamente inocentes como jugar en el patio o caminar tomado de la mano de su madre.

Kavan Collins, de 4 años, fue alcanzado por un tiro en la cara cuando estaba con su madre, D'Antignay Brashear, el 28 de junio en el sector sur de la ciudad. La bala entró al niño por una mejilla, le fracturó la mandíbula, rompió unos dientes y salió por la otra mejilla.

"Mi hijo estaba con su madre, y yo ni siquiera estaba haciendo algo arriesgado como estar por la calle de noche," dijo Brashear, una madre soltera de 21 años de edad. Añadió, "Pensaba que estaría a salvo conmigo.''

Kavan es uno de muchos niños pequeños que han sido baleados en la ciudad este año en medio de un aumento de la violencia. Más de 330 asesinatos han ocurrido en la ciudad.

Hasta ahora, ningún niño ha muerto por los tiros este año. Según estadísticas oficiales conseguidas por la AP, los jóvenes de entre 10 y 17 años, que comprenden 260 víctimas en lo que va de año, son los más susceptibles.

Pero las cifras también revelan que para fines de junio, 15 niños de menos de 10 años fueron alcanzados por balas, siete más que en el mismo lapso del año pasado.

Otro cuatro niños han sido baleados desde inicios de julio, entre ellos una niña de 6 años que estaba sentada en la entrada de su casa el martes con su madre y abuela, cuando una bala-de más de 40 que fueron disparadas a una cuadra de distancia-le alcanzó en el estómago.

La policía está tratando de determinar si el disparo que alcanzó a Tacarra Morgan en el vecindario de West Englewood en el sector sur de la ciudad, se debió a un tiroteo entre un grupo de personas y una caravana de vehículos. Otra posibilidad es que alguien en uno de los vehículos roció el área con un fusil de alto calibre.

Los tiroteos, en su mayoría en zonas peligrosas como los sectores sur y oeste de la ciudad, demuestran algo que los residentes ya sabían: esta es una época peligrosa para los más pequeños de Chicago.

Pero como los tiroteos no han sido mortíferos, han recibido escasa atención de la prensa, al menos fuera de la ciudad.

Estos pequeños no se han convertido en símbolos nacionales de la violencia en Chicago como Tyshawn Lee, de 9 años, quien fue asesinado a tiros por pandilleros quienes al perecer tenían enemistad con su padre.

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