ILLINOIS- En el Día de la Morenita, Esequiel Sánchez, sacerdote y rector del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines reflexiona y le agradece a la virgencita que nadie murió durante un accidente de avión de Aeroméxico en agosto.
“Cuando me di cuenta que íbamos a chocar me encomendé a la Virgen y luego al ministerio, soy sacerdote empecé a absorber, cuando chocamos no sabíamos cuántos vivos, muertos, o moribundos había”, dijo el padre durante la noche de festejos en el Cerrito de Tepeyac.
El padre Esequiel se encontraba junto a otros pasajeros del área de Chicago que iban a bordo del vuelo que se estrelló en Durango de camino a la capital y en donde otras 85 de las 103 personas que iban en la nave resultaron heridas.
Tras el avionazo, toda la tripulación logró salir con vida antes de que las llamas devoraran el avión.
“Vi a la gente toda ayudando, para mí es un "milagro Guadalupano", por muchas razones pero principalmente porque nadie se murió”
“Otra anécdota interesante, no sé si tiene que ver pero el aeropuerto donde salimos de Durango se llama Guadalupe Victoria…, coincidencias muy grandes".
