El adolescente con aspecto de anciano y con un peso de 50 libras que le enseñó a miles de personas a vivir una vida feliz, murió el viernes debido a una complicación de su rara enfermedad.
Sam Berns, de 17 años de edad, padecía de una enfermedad conocida como Progeria, la cual hace que el cuerpo humano envejezca siete veces más rápido de lo normal.
La enfermedad es tan rara que afecta a cerca de 350 niños alrededor del mundo, de acuerdo a Berns.
Sam, encerrado en un cuerpo que se apagaba pero con una voluntad de acero, dedicó su corta vida para hacer hincapié en la importancia de encontrar una cura para dicho síndrome genético.
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Los padres del adolescente, Leslie Gordon y Scott Berns, ambos doctores, fundaron una organización llamada “La Fundación de Investigación de Progeria”, la cual trabaja para encontrar una cura para el mortal padecimiento.
En una conferencia en Washington, Sam explicó un poco de su padecimiento pero dijo que aunque ha tenido muchos obstáculos en su vida, no quiere que la gente le tenga lástima porque de todas maneras él siempre sale adelante y ha tenido una vida llena de alegría.
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En su receta para vivir una vida mejor, Sam dijo que estaba en paz con las cosas que no podía hacer por que siempre se enfocaba en todas aquellas que sí podía hacer.
El valiente joven será enterrado el martes en la mañana y decenas de personas y admiradores se preparan para darle el último adiós en Sharon, Massachusetts.
