Un estudiante chino de la ciudad de Chengdu, suroeste del país, saltó desde el último piso del edificio en el que se encuentra su colegio después de haber sido recriminado por su maestro por hablar en clase. El profesor le mandó a redactar una carta inculpatoria de 1,000 caracteres chinos o tirarse al vacío. Según el testimonio de los vecinos y familiares del menor, el niño intentó acabar su misiva de autocrítica, y dado que no lo conseguía el maestro le dijo que aún le quedaba la opción de saltar. Cosa que hizo el menor. El niño escribió al profesor en su propio libro de texto, diciendo que no podía hacerlo y acto seguido se tiró por la ventana siguiendo las órdenes del maestro. El joven terminó con su cuerpo empotrado en el parabrisas de un auto que estaba estacionado en la calle. Los miembros de la familia del niño se manifestaron frente a su colegio con una pancarta que rezaba: "El maestro obligó a nuestro hijo a saltar del último piso del edificio". Las críticas no se han hecho esperar de un estricto sistema educativo cuyos castigos pueden terminar en tragedia, como ha sido el caso. La educación china está basada en reglas muy rígidas y en una férrea disciplina. Por el momento,la policía se encuentra investigando el caso y aún no se ha pronunciado al respecto. Los padres declararon que, según los escritos encontrados del niño, había intentado saltar en más ocasiones debido a que no se veía capaz de cumplir con las exigencias de sus profesores.
