Ya sabes de la importancia de mantener bajo tu consumo de sal para conservar tu salud cardíaca, pero no es fácil en un país en el que el 90% de la población ingiere diariamente más sodio de lo que debe (un máximo de 1.500 mg diarios, según establece la American Heart Asociation). Esto es, poco más de la mitad de una cucharadita de té. Estas son algunas claves para llevar la dieta a ese valor:
- Evitar la sal de mesa. La mayoría de los alimentos naturales no la necesitan y añadirla es un mal hábito que se puede erradicar.
- Los alimentos envasados y elaborados suelen tener un exceso de sal agregada. Reduce tu consumo de estos productos y acostúmbrate a leer las etiquetas para asegurarte de no sobrepasar el límite diario. Si existe la alternativa, elige las versiones sin sal de lo que vayas a comprar.
- No uses sal durante la cocción, ni la agregues al plato servido sin haberlo probado. Si cenas fuera de casa, busca las preparaciones menos elaboradas y pide que tu comida se prepare sin sal.
- Cámbiate a la sal de potasio, que tiene muy bajo contenido de sodio, y aprende a enriquecer tus comidas con especias, semillas, limón o vinagre como alternativa.
- Cambia los snacks tradicionales por frutas. El cardiólogo Tanvir Hussain, de Pepperdine University Law School, destaca que éstas equilibran el consumo de sodio con potasio, magnesio y otros minerales de origen natural.
