El sucesor al cargo del ex presidente de la Cámara de Representantes, Michael Madigan, renunció abruptamente el miércoles, bajo la presión de sus patrocinadores, quienes lo acusaron de "conducta cuestionable" no especificada.
Edward Guerra Kodatt presentó su renuncia al secretario de la Cámara el miércoles por la mañana, según el demócrata Emanuel “Chris” Welch de Hillside, citando a un portavoz del nuevo presidente de la Cámara.
Kodatt renunció apenas tres días después de que fuera elegido entre 10 candidatos para reemplazar a Madigan, un demócrata del suroeste de Chicago que había ocupado el cargo durante más de 50 años.
“Después de enterarse de la supuesta conducta cuestionable de Kodatt, se sugirió que renunciara como representante estatal del Distrito 22. Estamos comprometidos con una política de cero tolerancia en el lugar de trabajo”, indicaron en un comunicado Madigan y el concejal de Chicago Marty Quinn, que comparten espacio de oficina.
No dieron más detalles sobre las acusaciones contra Kodatt, quien anteriormente era asistente bilingüe en la oficina de servicios al constituyente de Madigan y Quinn.
Técnicamente, el reemplazo de Madigan es elegido por los miembros del comité para el Distrito 22 quienes son funcionarios voluntarios del Partido Demócrata responsables de organizar elecciones y aumentar la participación.
Sin embargo, Madigan, miembro del comité del Distrito 13 desde 1969, controla el 56% del voto, según el número de votos del distrito para el escaño en las elecciones de 2020. Por lo tanto, podría elegir a Kodatt sin ayuda y conserva el control para otra audiencia de selección programada el jueves por la mañana.
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El ascenso y la renuncia de Kodatt, de 26 años, marcaron otro giro curioso en la meteórica culminación de la carrera de Madigan.
Madigan, producto de la vieja maquinaria política de Chicago, fue jefe de la Cámara durante todos menos dos años desde 1983. Fue el líder legislativo con más años de servicio en la historia de Estados Unidos.
Sin embargo, la empresa ComEd admitió en un acuerdo con los fiscales federales el verano pasado que se involucró en un plan de soborno para influir en Madigan con el fin de obtener legislación favorable.
