El equipo de los Chicago Cubs vuelven a su ciudad tras titularse campeones del 2016 en un dramático partido que cerró para siempre la más larga sequía del beisbol de Estados Unidos.
Anoche, los fanáticos de los Chicago Cubs no dudaron un segundo y plenaron las calles aledañas al Wrigley Field para esperar desde allí el resultado del séptimo juego de la Serie Mundial versus los Cleveland Indians.
Por ello, los alrededores de la Addison y Clark estallaron en una fiesta cuando en el décimo inning se confirmó que el equipo se titulaba tras 108 años de sequía y la supuesta maldición de la cabra.
Desde jóvenes hasta adultos mayores celebraron a las afueras del parque el increíble triunfo tras la remontada de 3-1 en la serie y varios momentos de fuerte tensión durante el juego.
Además de poner fin a la racha perdedora, los Cubs también pusieron coto a una cadena de 71 años sin llegar a la Serie Mundial.
La victoria quedará en la memoria de los fanáticos, que buscarán revalidar su título el próximo año gracias a la novel plantilla diseñada por Theo Epstein, gerente general del equipo y quien también sacudió del maleficio a los Boston Red Sox en el 2004.
