EEUU

Buscan dar más acceso a áreas verdes en comunidades latinas en Los Ángeles, Chicago y Albuquerque

La organización asignará $2.65 millones en subsidios a proyectos con planes desarrollados y listos para su implementación.

Shutterstock

LOS ÁNGELES - Cuando Erika Nuño era niña, ella y sus hermanos visitaban con frecuencia una oficina local de apoyo a desempleados, donde jugaban en una pequeña zona verde con un gran árbol. Era el espacio abierto más cercano a su casa en Huntington Park, una comunidad de clase trabajadora predominantemente latina en Los Ángeles.

"No había realmente espacios para hacer senderismo o paseos en bicicleta, por lo que teníamos muy pocos espacios verdes", dijo Nuño una fría tarde el viernes en la ciudad. "Cuando era niña no había muchos espacios cerca para ir", narró.

Líderes comunitarios, funcionarios municipales y organizaciones sin fines de lucro se reunieron ese mismo día en un parque para celebrar una nueva iniciativa que aumentará, mejorará o expandirá espacios verdes inicialmente en comunidades latinas en Chicago, Albuquerque y Los Ángeles.

"Estas ciudades, con vibrantes poblaciones latinas, a menudo enfrentan injusticias ambientales, incluido el acceso limitado a espacios verdes", dijo Edder Díaz-Martínez, gerente de comunicaciones para GreenLatinos, una organización ambiental sin fines de lucro que lanzó la iniciativa.

"Muchos vecindarios en estas áreas urbanas sufren de parques y áreas recreativas inadecuadas, lo que exacerba las disparidades de salud y disminuye la calidad de vida en general", agregó. "Al dirigir nuestros esfuerzos a estas áreas urbanas, nuestro objetivo es abordar problemas ambientales y climáticos urgentes y, al mismo tiempo, empoderar a las comunidades locales", sentenció.

La organización asignará $2.65 millones en subsidios a proyectos con planes desarrollados y listos para su implementación.

La iniciativa forma parte de un afán en Estados Unidos para aumentar la cantidad de parques, bosques urbanos, jardines comunitarios y otros espacios verdes en comunidades más vulnerables ante el calor extremo y otros efectos del cambio climático. Al mismo tiempo, reducen el efecto isla de calor urbano, derivado de que los edificios y el pavimento absorben y retienen el calor.

"La ecologización de los vecindarios enfría no sólo los vecindarios sino también los paseos hacia y desde el lugar al que se dirige", dijo el viernes Marta Segura, directora de calefacción de la ciudad de Los Ángeles. "Así que eso es realmente importante desde el punto de vista estratégico", mencionó.

Dijo también que la falta de inversión en espacios verdes en vecindarios habitados en su mayor parte por latinos y negros "es uno de los principales factores que hace que esas áreas sean menos saludables y menos deseables para que la gente viva en ellas... Ahora creo que hemos comprendido que necesitamos invertir en esas áreas y acelerar la inversión" en ellas.

Estudios han encontrado que el arbolado urbano mejora la calidad del aire, reduce el carbono, eleva el valor de los terrenos e inmuebles, y hasta puede influir para que disminuya la delincuencia.

Un informe publicado en el sito web científico Ciencia Directa, por ejemplo, encontró que árboles y bosques en Estados Unidos eliminaron 17.4 millones de toneladas de contaminación del aire en 2010. Otro halló que, en 2019, los bosques absorbieron 775 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, según el Servicio Forestal estadounidense.

Pero en muchas comunidades urbanas en el país, el acceso a espacios verdes está vinculado con la posición económica, la raza y el nivel educativo. Investigaciones indican que las comunidades de bajos ingresos y racialmente marginadas tienen menos zonas verdes que los vecindarios más acomodados, con mayorías blancas.

Uno de esos informes, dirigido por la Fundación de Acceso Hispano y el Centro para el Progreso Americano, encontró que las comunidades racialmente marginadas tienen casi tres veces más probabilidades que los vecindarios de mayoría blanca de vivir en áreas "privadas de naturaleza", es decir, aquellas que tienen pocos o ningún acceso a parques, senderos y espacios verdes.

El vecindario de Burr Ridge en el área metropolitana de Chicago, por ejemplo, está habitado por blancos en un 74% y el ingreso familiar promedio allí entre 2018 a 2022 fue de $174,342 anuales, según la Oficina del Censo de Estados Unidos. Un 69% de los residentes tienen por lo menos bachillerato. La cobertura de árboles en esa comunidad llega al 47%, indica la Iniciativa de Árboles de la Región de Chicago, una organización que se enfoca en la distribución equitativa de árboles.

Justo lo contrario ocurre en el área de Cicero en la misma ciudad, a 14 millas de Burr Ridge. El 88% de los habitantes son latinos y el ingreso familiar promedio fue de $64,325 anuales en el mismo periodo. Sólo el 11% de los residentes tiene bachillerato o estudios superiores. Esa zona de la ciudad sólo está cubierta por árboles en un 4.84%.

Un estudio de 2021 del Fideicomiso Para Terrenos Públicos —una organización sin fines de lucro que crea parques y protege terrenos públicos— reveló que la disparidad en la distribución de terrenos para parques es más significativa entre barrios latinos y blancos. Los vecindarios predominantemente hispanos tienen acceso a un 54% menos de áreas verdes por individuo que los barrios habitados en su mayor parte por blancos.

Ben Helphand, director ejecutivo de NeighborSpace, una organización sin fines de lucro que preserva y sostiene jardines comunitarios en Chicago, ha visto de primera mano los beneficios de tener acceso a espacios verdes.

Según explica, los niños y las personas mayores aumentan su movimiento y actividad física cuando participan en el cuidado de jardines y huertos urbanos vecinales, que también proporcionan acceso a frutas y vegetales frescos. Además, para algunas personas ese tipo de iniciativas son su primera oportunidad de liderazgo. "Las personas desarrollan esas habilidades y las llevan consigo a lo largo de sus vidas", dijo.

Jennifer Wolch, profesora emérita de planificación urbana y regional en la Universidad de California, campus de Berkeley, indicó que las comunidades latinas y otras poblaciones marginadas no sólo tienen menos espacios verdes, sino también de peor calidad.

"Si vas a una comunidad más próspera, encontrarás espacios verdes, espacios de parque que están mejor cuidados en términos de vegetación y la infraestructura está en mejores condiciones, y también quizás tenga más extensa infraestructura", como salones de recreo, canchas deportivas y hasta luces, dijo Wolch, quien ha investigado la inequidad de acceso a parques y a fondos económicos para ellos en Los Ángeles.

"Los estudios que hemos realizado desde hace bastante tiempo, cuando analizamos Los Ángeles y quién está obteniendo recursos, se ve claramente que las comunidades de color de bajos ingresos y, definitivamente, las comunidades latinas, se encuentran en una desventaja real en términos de acceso a espacios verdes", agregó.

Es algo que Carlos Matutes también ha detectado en partes de Albuquerque con poblaciones grandes de latinos, negros e indígenas.

En esos lugares, las áreas verdes están más urbanizadas y son pequeñas. "Tienden a estar cercados y cerrados en un porcentaje mucho mayor que en los vecindarios blancos", dijo Matutes, defensor de comunidades en Nuevo México para GreenLatinos. Por el contrario, en los barrios del noreste de la ciudad, donde predominantemente habitan blancos, hay más canchas deportivas y áreas abiertas, como las Montañas Sandía, agregó.

El viernes, antes de un espectáculo de danza azteca, Nuño dijo que ahora vive en una área de la ciudad con amplios árboles, parques y rutas de senderismo. No sólo quería estar cerca de espacios verdes para su beneficio, sino también para su hija de casi 2 años.

"Me importa mucho asegurarme de que ella esté conectada con nuestra Madre Tierra", dijo. "La llevamos a los parques con regularidad... Es parte de nuestra cultura y nuestra identidad, esta conexión que tenemos con la Madre Tierra, y quiero que ella lo acepte, lo entienda, esté cerca de ella", aseguró.

Contáctanos