Cambio de sexo en niños va en aumento

Un número creciente de adolescentes e incluso niños pequeños que creen que nacieron con el sexo equivocado están recibiendo apoyo de sus padres y de médicos que les administran tratamientos de cambio de sexo. Es un tema que plantea cuestiones éticas, y en el que algunos expertos recomiendan precaución al suministrar a niños con hormonas y fármacos para bloquear la pubertad. Una niño de ocho años de edad, de Los Ángeles, es un paciente típico. Nació siendo niña, peró a los 18 meses de edad anunció: "yo un niño" y se ha apegado a esta creencia. La familia se sorprendió, pero ahora se refieren al niño como un niño y están esperando los primeros signos de la pubertad para comenzar el tratamiento, dijo su madre a “The Associated Press”. Los pediatras deben de saber que estos niños existen y merecen tratamiento, dijo el doctor Norman Spack, autor de uno de los tres informes publicados esta semana, y director de una de las primeras clínicas médicas de identidad de género, en el Hospital de Niños de Boston. "Si abres las puertas, estos niños vienen. Están ahí fuera. Están en sus prácticas", dijo el Dr. Spack. Cambiar roles de género y, en ocasiones hacerse pasar por el sexo opuesto es común entre niños pequeños. Sin embargo, estos niños son diferentes. Se sienten seguros de que han nacido en los cuerpos equivocados. Algunos están bajo la etiqueta de "trastorno de identidad de género", un diagnóstico psiquiátrico. Pero el doctor Spack es uno de los médicos que piensan que es un nombre inapropiado. Nuevas investigaciones sugieren que pueden tener diferencias en el cerebro que los hacen más similares a las del sexo opuesto. Dr. Spack, dijo que según algunas estimaciones, 1 de cada 10,000 niños padecen esta afección. Ofrecer un tratamiento de cambio de sexo a los niños menores de 18 años plantea problemas éticos, y los motivos que tengan los padres deben de ser examinados de cerca, dijo la Dra. Margaret Moon, miembro del comité de bioética de la Academia Americana de Pediatría. Algunos niños pueden llegar a recibir un diagnóstico psiquiátrico, cuando simplemente les incomoda tremendamente los roles de género muy definidos, o algunos pueden ser homosexuales y ser obligados a recibir el tratamiento por padres que se sienten más cómodos con un cambio de sexo que con tener un hijo homosexual, dijo la doctora Moon, que enseña en el Instituto de Bioética Johns Hopkins. Es perjudicial “tener un tratamiento irreversible demasiado pronto", dijo la Dra. Moon. Sin embargo, los médicos que proporcionan el tratamiento dicen que atrasarlo es más perjudicial. Estos niños a veces recurren a la auto-mutilación para tratar de cambiar su anatomía y de acuerdo con dos de los informes, algunos enfrentan abuso verbal y físico y son propensos a estrés intenso, depresión y suicidio. Dr. Spack dijo que esos problemas suelen desaparecer en los niños que han recibido tratamiento y se les permite vivir como el sexo opuesto. Las directrices de la Sociedad de Endocrinología aprueban el tratamiento hormonal transexual, pero dicen que no se debe administrar antes del comienzo de la pubertad. En ese momento, las directrices recomiendan los fármacos bloqueadores de la pubertad hasta la edad de 16 años, luego hormonas para cambio de sexo por el resto de la vida, con monitoreo de riesgos potenciales para la salud. Profesionales de salud mental también deben de participar en el proceso. Estas directrices, junto con videos publicados en YouTube por adolescentes que se han hecho el cambio de sexo y la atención de otros medios, han ayudado a crear conciencia sobre el tratamiento y han llevado a más familias a buscar ayuda, dijo el Dr. Spack. Su informe detalla un aumento de cuatro veces en el número de pacientes atendidos en un hospital de Boston. Su clínica de Servicios de Gestión de Género (Gender Management Service Clinic), que se inauguró en el 2007, atiende a un promedio de 19 pacientes cada año, en comparación con alrededor de cuatro por año que se atendían en el hospital a finales de 1990. El informe también detalla que 97 niñas y niños fueron atendidos entre 1998 y el 2010, el más joven tenía cuatro años. Los niños así de jóvenes y sus familias reciben asesoramiento psicológico y son monitoreados hasta que surgen los primeros signos de la pubertad, generalmente alrededor de los 11 ó 12 años. Entonces se les administran los fármacos bloqueadores de pubertad, a través de inyecciones o implantes incrustados en el brazo a un costo de $1,000 dólares mensuales.

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