Podrá tener todos los millones del mundo, joyas y otros lujos, pero lo que seguro no tiene son unos buenos asesores de comunicación porque las declaraciones de Gina Rinehart, la mujer más rica del mundo, han levantado ampollas.
Eso, o simplemente no los tiene y cree que no los necesita porque en el mundo existe la libertad de expresión, pero también la falta de tacto, la mala educación y el poco respeto hacia los más desfavorecidos.
"Evitando que los pobres procreen, podemos crear una nueva clase de australianos inteligentes, trabajadores y bien pagados que forjarán nuestro futuro económico".
De acuerdo con el portal chileno 24 Horas, esa es una de las frases con la que la multimillonaria Gina Rinehart explicó su nueva idea para combatir la crisis económica en Australia: esterilizar a los pobres para evitar que "las clases bajas se multipliquen".
Australia, país civilizado y adelantado como ninguno ha sido el epicentro del escándalo tras estas declaraciones, pero no contenta con eso, Gina siguió diciendo: "Sólo con la eliminación de los residuos y enfocándonos en nuestros trabajadores más brillantes y eficientes podemos superar a nuestros rivales emergentes en el mundo".
Las declaraciones iban subiendo de nivel a medida que hablaba y otra de las "perlas"que dijo fue: "Estoy dispuesta a pagar un sueldo decente siempre que el destinatario sea el hijo de un doctor y no el hijo de un mesero frustrado. El problema es que las clases bajas parecen estar superando a los inteligentes y no puedo encontrar trabajadores decentes en ninguna parte", sostuvo.
Según la revista Business Review Weekly, Gina Rinehart es la mujer más rica del mundo y heredó la empresa de su padre hace 20 años, que actualmente tiene un valor de 10,600 millones de dólares. Se ha dedicado a exportar hierro y gracias al boom de la industria minera está a pasos de alcanzar a Bill Gates en el ranking de los más millonarios.
