El robo de pelo es algo que se ha puesto de moda en los últimos años en Colombia, como parte de un negocio muy lucrativo.
Conocidas como "pirañas", existen bandas de ladrones que salen al acecho en moto o caminando por las calles y roban armados con cuchillas, tijeras y hasta machetes el pelo de las mujeres.
El pelo robado es utilizado para hacer extensiones de pelo natural, que son muy cotizadas. Este lucrativo negocio ha extendido sus tentáculos hasta el sur de la Florida, después de pasar por Venezuela y Bogotá, donde el cabello es convertido en extensiones para su venta ilegal.
En Colombia una extensión de cabello natural oscila entre 100 y 200 dólares, mientras que en el sur de la Florida dos líneas de extensiones de cabello natural pueden estar entre 700 y 900 dólares.
Las autoridades de la Florida dicen no tener reportes de mujeres a las que les hayan cortado el pelo, aunque Telemundo 51 pudo comprobar que ya se han presentado algunos casos.
En Estados Unidos la venta de cabello es ilegal, y solo se acepta como donación.
