Fieles en todo el mundo rememoran el Calvario de Cristo

En Jerusalén y el Vaticano, entre otros lugares, se realizaron las solemnes representaciones

Palestinos cristianos y cientos de fieles de todo el mundo rememoraron el viernes en Jerusalén el calvario de Cristo y recrearon sus pasos por el camino que le llevó a su crucifixión.

La actividad se repitió en todas partes del mundo, incluyendo el Vaticano, donde se pusieron en marcha fuertes medidas de seguridad a raíz de los recientes atentados en Bruselas. Las autoridades de Roma dispusieron importantes medidas de seguridad en la capital y particularmente en el área del Coliseo y de la basílica de San Pedro.

Mientras tanto, miles de personas se aglomeraron a media mañana en la escuela Omarije, Jerusalén, punto de salida del viacrucis, donde se dejaron ver representantes de decenas de nacionalidades entrelazados por la fe cristiana, unidos con rezos y cánticos que querían mitigar el sufrimiento de Jesús.

El 'manto sagrado' de Cristo, en la Catedral de Turín, Italia.
El ''manto sagrado'' o ''santo sudario'' es una reliquia que se cree fue utilizada para cubrir el cuerpo de Jesucristo tras su crucifixión hace más de 2,000 años y es motivo de veneración entre los millones de fieles católicos en todo el mundo. No obstante, persiste el debate sobre su autenticidad, a tal punto que dos científicos italianos acaban de revelar una sorprendente conclusión tras un estudio y aquí te contamos todo.
Según la National Geographic, que estudia estos tipos de elementos, solo existe una sola mención al 'sudario' conocido como de 'Oviedo' en el Nuevo Testamento. Y se ubica en el libro de Mateo, capítulo 27, versículos 57-59.
Allí se menciona cuando José de Arimatea logra sacar el cuerpo de Jesús de manos de Poncio Pilato y lo envuelve en una 'sábana limpia y lo colocó de nuevo en el sepulcro'. Esto, según la fe cristiana, ocurrió tras la crucifixión, fecha que se recuerda el Viernes Santo.
Los primeros indicios de la existencia del supuesto 'manto sagrado' se remontan a 1353, según coinciden varias investigaciones. En aquella oportunidad, un Caballero francés instaló el manto en una iglesia en Champagne, Francia, desde donde pasó de mano en mano, hasta llegar en 1578 a la iglesia en Turín, Italia, el actual lugar de 'residencia' del sudario.
Desde entonces, la existencia del manto generó veneración entre los millones de fieles católicos en el mundo.
El manto también atrajo la atención de investigadores y entusiastas. Pero, ¿por qué es tan importante y qué es realmente?
Se dice que el manto fue colocado para cubrir el cuerpo de Jesucristo cuando fue bajado de la cruz, tras su crucifixión, según relata la tradición cristiana.
De acuerdo a investigadores a lo largo de los años, el manto contiene el sudor y la sangre del cuerpo que supo cubrir, lo que a la larga, ofrece una especie a 'fotografía' en reverso de la persona.
Con el pasar de los años, la popularidad del manto creció y la Catedral de Turín, donde actualmente se encuentra, se convirtió en un centro de peregrinación. Si bien el manto se ha mantenido prácticamente oculto o protegido de la mirada de los visitantes, en ocasiones ha sido expuesto al público.
Si bien la iglesia católica no ha dado su ''sello'' total de aprobación a la autenticidad del manto, tampoco ha tratado de minimizar el fervor y devoción que con el tiempo, el sudario ha ganado en el corazón y la fe de millones de fieles, quienes peregrinan hacia la Catedral de Turin (foto).
Ian Wilson, un investigador que ha escrito libros sobre el manto, se inclina por la autenticidad del sudario, según informa un reporte de la BBC. 'Es verdad que miles de personas fueron crucificadas en los tiempos de Jesús. Pero algo excepcional acerca de ésta crucifixión es la corona de espinas. Y en el manto, existe una serie de heridas punzantes por donde sangró el cráneo' (foto de archivo).
'Es algo muy peculiar. El manto es como un negativo del cuerpo envuelto en un manto. La pregunta puede ser: ¿es el momento de la resurrección?', según el investigador Wilson.
Por otra parte, una investigación realizada en 1988 sobre el manto arrojó dudas sobre su autenticidad, según recuerda la BBC. Y ahora, el tema resurgió tras la divulgación de un estudio realizado por dos científicos italianos que concluyó que el manto fue realizado en el Siglo XIV, mucho después del hecho, y que fue pintado con pincel. El estudio fue publicado en el Journal of Forensic Sciences y realizado por Mateo Borrini, de la Liverpool John Moores University y Luigi Garlaschelli, del Comité para el Control de las Afirmaciones sobre Pseudiciencias, según reportan medios de todo el mundo, incluido Clarín.
"Hay muchas contradicciones que indican que el Santo Sudario no es auténtico y que se trata de una representación artística o didáctica de la pasión de Cristo realizada hacia el siglo XIV", concluyeron los investigadores. Uno de los investigadores usó su propio cuerpo para demostrar, con su propia sangre, que las manchas de sangre atribuídas en el sudario, no son compatibles con la posición de una persona crucificada, tal como estaba Jescucristo según los relatos bíblicos.
Borrini y Galarchelli consideran que la sangre acumulada bajo la cintura no se justifica con la posición, ni la que se encuentra en los riñones, aunque precisaron que no analizaron la sustancia que formó las manchas. "Parecen creadas en forma artificial, con un dedo o un pincel", subrayaron, según reporta el diario Clarín de Argentina. Te puede interesar: Según un médico, cómo fue la agonizante muerte de Jescucristo

La solemne procesión recorrió la calle de la Vía Dolorosa y otras callejuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén deteniéndose en las diferentes estaciones para meditar los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz, de acuerdo con la tradición cristiana.

Uno de los momentos que más hablaron de la identidad de la ciudad tres veces santa tuvo lugar tras la quinta estación -el Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz-, ya que mientras los fieles cristianos oraban, los musulmanes y los judíos que se dirigían por el zoco a rezar a la mezquita y frente al Muro de las Lamentaciones eran retenidos por la policía que velaba por la seguridad de la ceremonia.

"Es la primera vez que vengo a Jerusalén y es una experiencia extraordinaria, podía haberlo imaginado pero no es lo mismo que cuando vienes aquí, al lugar donde Cristo caminó por Vía Dolorosa, sobre sus pasos", dijo a Efe Myriam Doquin, una peregrina procedente de Guadalupe, un archipiélago de las Antillas.

Un grupo de "scouts" escoltaron a fieles palestinos que portaban con fervor una cruz de madera de grandes dimensiones y recorrieron cuesta arriba los numerosos callejones del zoco, para detenerse esta vez en la sexta estación, donde Verónica tendió un paño a Jesús para secar su sudor y sangre.

Los más privilegiados se aferraban a la cruz de madera y entonaban emocionados el mensaje de Dios hasta llegar, junto con el resto de feligreses, al Santo Sepulcro, el lugar donde las escrituras marcan la crucifixión, entierro y resurrección de Jesús.

A primera hora de la tarde los peregrinos llegaban al santo lugar tras luchar con el calor, los empujones y la estrechez del camino para, muchos de ellos, postrarse sobre la Piedra de la Unción, el lecho de mármol rosado donde fue amortajado Jesús.

Decenas acariciaban la piedra con pañuelos, joyas y trapos y se emocionaban entre lágrimas y sonrisas por haber tenido la oportunidad de participar del viacrucis que Cristo vivió.

El Viernes Santo coincidió este año con la fiesta judía Purim, por lo que durante el viacrucis se pudo ver a algunos despistados con máscaras que seguían celebrando la festividad y se mezclaban entre los fieles.

La ceremonia tuvo lugar bajo fuertes medidas de seguridad debido a la escalada de violencia que sacude la región desde el pasado octubre y en la que han muerto 204 palestinos, más de dos tercios al perpetrar o intentar cometer ataques o presuntos ataques contra blancos civiles y militares israelíes.

Los ataques palestinos han causado la muerte a treinta israelíes, tres extranjeros y un palestino, y han ahuyentado en gran medida el turismo religioso de los lugares santos.

"La venta no fue del todo bien hoy, no hay muchos turistas, aparte de la gente que vive o trabaja aquí. Hace dos o tres años era distinto, había más turistas", explicó a Efe Hani Abdin, un comerciante musulmán que regenta un puesto en las inmediaciones del Santo Sepulcro.

Después de la procesión del Viernes Santo, las ceremonias de la Semana Santa culminarán mañana con la ceremonia del agua y del fuego del Sábado de Gloria y con la gran misa del Domingo de Resurrección. Alba Villén

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