Satélite de Saturno encierra secretos

WASHINGTON - La cápsula Cassini rozó casi el manto helado de Enceladus, una de las 60 lunas de Saturno, y saboreo los chorros de vapor que emergen de su polo austral y que sugieren la existencia de un océano, según un artículo que publica la revista Science.

Y donde hay agua los científicos sospechan que pueda haber, o haber habido, vida.
El satélite se llama Enceladus por el mitológico ser Encélado (uno de los Gigantes de la mitología griega).
Los científicos creen que los datos recogidos por Cassini las veces que ha pasado junto a Enceladus y los estudios del campo de gravedad de esa luna señalan que hay agua debajo de la corteza de hielo del satélite, que tiene unos 500 kilómetros de diámetro.
El satélite esta congelado por fuera pero en su interior esconde un océano, según describen los expertos. -- FOTO NASA
El análisis de los datos recogidos y transmitidos por Cassini desde más de 1,200 millones de kilómetros lo llevaron a cabo científicos de la Universidad Sapienza en Roma, el Instituto Tecnológico de California, la Universidad Cornell en Nueva York y la Universidad de Bolonia, en Italia.
"Las evidencias de que pueda haber un océano son muy fuertes", comentó el físico planetario David Stevenson, del Instituto Tecnológico de California y uno de los autores del estudio.
"Es difícil evitar la interpretación de que allí hay agua", agregó.
En esta imagen divulgada por la NASA se puede ver que el satélite Enceladus es del tamaño de Gran Bretaña. --- FOTO NASA
Cassini ha estado navegando entre las lunas de Saturno durante los últimos diez años y sus observaciones y mediciones de gravedad indican, según estos científicos, que puede albergar un océano bajo su manto helado de 30 a 40 kilómetros de espesor.
Los investigadores analizaron, en particular, los datos obtenidos por Cassini en tres pasadas a menos de 100 kilómetros de la superficie de esa luna para determinar los campos de gravedad y explorar la asimetría notable que existe entre los hemisferios norte y sur de Enceladus.
Los datos indican que la región austral de Enceladus no tiene en su superficie una masa suficiente que explique la gravedad del hemisferio, y que algo denso debajo de la superficie, como agua, podría compensar esa deficiencia.
Los científicos creen que puede haber en el hemisferio sur una masa de agua que se extiende hasta los 50 grados de latitud sur.
También indicaron los investigadores que Enceladus es una luna que se distingue por tener un núcleo de baja densidad y un manto y una corteza separados.
Esas conclusiones ayudan a explicar los "chorros" de vapor, ricos en minerales, que se han observado desde 2005 fluyendo de fracturas largas en la región polar sur de Enceladus, que los astrónomos llaman "franjas de tigre". Esta actividad puede observarse en la imagen a la derecha, gracias a una interpretación realizada por cartógrafos de la NASA.
El escenario que emerge del análisis de los datos recogidos por la sonda Cassini es el de un mundo de cierta actividad geológica, sobre todo en su región sur, en la forma de una especie de (crio)tectónica de placas.
Las "rayas de tigre" son lugares similares a las cordilleras existentes en el centro de los océanos terrestres, en las cuales el material que emerge del interior crea nueva corteza y, por otro lado, el material expulsado por los géiseres acaba por volver a caer y taponar sus fuentes para luego volver a aparecer en otro lado.
Una investigación sugiere que la actividad geológica se produce de manera periódica, cuando hielo caliente procedente del interior de Encélado sube a la superficie rompiendo la corteza.
El satélite vive en la actualidad uno de esos episodios, lo que explica la juventud en términos geológicos de la región polar sur. Dichos períodos de actividad duran alrededor de 10 millones de años y se producen entre cada 100 millones y 2000 millones de años.
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