Padres de familia aseguran que no permitirán el paso de nadie a esta escuela, hasta que llegue la justicia para los niños que presuntamente fueron aquí sexualmente violentados.
"Por lo menos que den la cara y nos digan qué está pasando, porque lo soltaron", dice Mercedes, una de las madres de familia.
La furia de los afectados explotó después de que el lunes el supuesto agresor de los pequeños fue detenido y horas después liberado.
Esa mañana un grupo de policías fue por él a la escuela donde trabaja para presentarlo ante las autoridades. La multitud quería lincharlo, porque estaban enterados de que un principio dos familias lo denunciaron luego de que sus hijas dijeron que las había tocado e incluso violado.
"A la niña la pasaron al psicólogo, la niña relató lo que el hombre le hizo", dijo María, la madre de la supuesta víctima.
Al expediente se sumó el señalamiento de seis víctimas más.
"Hay casos donde resultaron positivos y siguen saliendo más", realata Cristian Nevárez, de Derechos Humanos de Baja California.
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Pero las acusaciones no fueron suficientes y el sospechoso obtuvo su libertad bajo el argumento de que no había sido detenido justo en el instante en que cometía el delito.
El hombre acusado tenía dos meses trabajando en kínder donde todo ocurrió, pero según sus antecedentes, que ahora están en mano de los investigadores, ya había tenido una problema igual en otra escuela del estado.
Con los indicios obtenidos, la Procuraduría de Rosarito, en Baja California, reveló que solicitarán a un juez la prisión preventiva para el acusado.
"No tengo la solución que buscaban, pero sí les aseguro que estamos trabajando", dijo Patricia Ortega, de la Procuraduría de Rosarito.
Pero ahora los padres han tenido que aguantar su dolor y convertirse en detectives, porque desde que liberaron al sospechoso nadie sabe dónde está.