Carlos asegura que su exnovia, Adriana, es una obsesiva y ahora le exige que le pague los 30 mil dólares que él pidió prestados para casarse con ella.
Adriana, por su parte, es una joven inteligente y perfeccionista que sólo busca lo mejor. Suspendió su boda con Carlos luego que un examen genético revelara sus “defectos”.
¿Crees que Carlos es víctima del egoísmo de su exnovia o Adriana simplemente está en todo su derecho a exigir perfección?
Gracias por consultar este "caso cerrado" de la doctora Polo. ¿Qué opinas del fallo final? Coméntalo a continuación de estas líneas.
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