Efectos de la música en el cerebro

Efectos de la música en el cerebro

Desde siempre se han atribuido poderes casi mágicos a la música y hay hasta quienes aseguran que calma a las fieras, lo que a veces se tomaba como broma, pero gracias a investigaciones que se realizaron sobre el tema hoy es posible tener la certeza de que su influencia va más allá y que en verdad incide en la estabilidad emocional y la salud física.
 
Investigadores han constatado que la vibración de los sonidos musicales inciden directamente en la corteza cerebral y llegan incluso a apoyar el tratamiento de enfermedades del corazón, llevan a la persona a evocar colores, sabores y olores, además de que eleva el IQ verbal y permite una mejor comunicación.
 
Cuando escuchamos música, la vibración se procesa en diferentes áreas del cerebro. A principios de los años noventa empezaron a realizarse estudios para conocer el grado de participación que tiene el cerebro en ello. Sin embargo, gracias a un mapeo detallado, hoy es posible afirmar que las distintas notas musicales inciden de manera diferente en cada una de las áreas que componen nuestra “computadora cerebral”.
 
Por ejemplo, la corteza sensorial, que localizan en la parte externa y superior del cerebro tiene una relación directa con la danza y la ejecución de instrumentos musicales; mientras que la llamada corteza visual, en la parte central, posibilita la lectura de notas y la apreciación de movimientos que efectúan quienes hacen música.
 
Un estudio realizado en la Universidad de Londres estableció que la música afecta la percepción que tenemos de las cosas, así que quien escucha música alegre tiende a ver las situaciones cotidianas de manera positiva, alegre o entusiasta, mientras que quienes optan por canciones o temas tristes llenan su vida de melancolía y ésta la proyectan hacia la imagen que tiene de las demás personas.
 
En la Universidad de California, investigadores pidieron a grupos de personas nacidas en Estados Unidos y México que escucharan algunos temas musicales y los resultados obtenidos fueron muy similares: quienes estuvieron en contacto con notas alegres asociaron la experiencia a colores vibrantes, que denotaban alegría y vida; en tanto a quienes se les puso música triste, percibieron colores oscuros, sobrios, neutros. 
 
Los resultados fueron los mismos sin importar a qué grupo pertenecían las personas que apoyaban el estudio.
 
 En tanto, científicos de la Universidad de Drexel revisaron 23 estudios sobre el efecto de la música en el organismo en los que participaron más de mil 500 pacientes con males del corazón, y fue posible establecer una relación entre la música y una menor ansiedad y la disminución de la presión arterial. 
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