Tras la comentada y polémica boda a todo lujo de Kim Kardashian y Kanye West, la luna de miel no podía ser menos y lejos de escoger una playa paradisíaca en cualquier punto del océano, la pareja ha querido dar un toque bucólico al evento quedándose en Irlanda.
La boda, que se celebró entre Francia e Italia, quiso tener su punto final en otro país europeo, Irlanda, donde la pareja ha alquilado un palacio-castillo enorme en el que seguro podrán disfrutar de su matrimonio con toda la privacidad del mundo.
Ha llamado la atención que la hija que la pareja tiene en común, no se ha quedado con sus padres en Irlanda, sino que la abuela Jenner se llevó de vuelta a la pequeña a EEUU.
Los West han vivido un fin de semana de lujo y ensueño que culmina en la campiña irlandesa, con la enorme vivienda en la que no sabremos cómo pasarán su tiempo libre.
Al parecer, la pareja, que vive en luna de miel constante no tiene prisa por terminar sus vacaciones por Europa, tampoco deben tener muchas ocupaciones que atender a su regreso.
Sin duda alguna, los edificios donde se ha llevado a cabo esta larga boda han sido los protagonistas del evento.
