Casa Aztlán en peligro de embargo

Los programas para ayuda comunitaria creados e impartidos en el edificio que ahora alberga Casa Aztlán, datan desde 1906 cuando brindaban apoyo a inmigrantes europeos. En 1970 se nombró se le dio el nombre actual para la comunidad mexicana, pero ahora está en bancarrota, en proceso de auditorías y el inmueble enfrenta la posibilidad de ser vendido para otros usos.

El edificio en sí es un ícono de la comunidad mexicana en el barrio de Pilsen. Es también un lienzo plasmado de murales, rico en historia y cultura.

“Realmente me siento muy triste que la tengan que cerrar y es algo muy lindo para la comunidad y estoy triste que esto le haya pasado a la Casa Aztlán”, dijo Arturo Cortez, quien en 1983, a la edad de 15 años aprendió fotografía, aprovechando los programas para después de clases que ofrece el centro de ayuda.

Y es que la Casa Aztlán está en serios problemas, tanto de infraestructura, como de finanzas. El edificio ha sido embargado por un adeudo de más de $110,000, y ya tiene nuevo propietario.

Por ahora, el municipio ha colocado un anuncio en donde señala que los directivos deberán corregir la larga lista de violaciones municipales.

Según la organización Pilsen Alliance, quienes en un tiempo fueron inquilinos del edificio y que se salieron porque aseguran las condiciones eran pésimas, indicaron que se había formado un comité para ayudar a levantar a Casa Aztlán, pero insisten que el problema principal es la mala administración.

Carlos Arango, director de Casa Aztlán, declinó dar entrevistas pero vía telefónica negó que se trate de mala administración, y dijo que el problema es que la organización no ha tenido suficientes recursos para la manutención. Por medio de un comunicado culpó de los problemas al MB Bank, el banco dueño de la hipoteca.

"En una forma velada y traicionera, este banco vendió la nota hipotecaria de Casa Aztlán a uno de los varios especuladores de bienes raíces en Pilsen, a la vez que negociaba con nosotros un acuerdo. Nos engañó, y ahora nuestra comunidad está por perder uno de los grandes símbolos históricos de la comunidad mexicana en Chicago”.

El miércoles, el director Carlos Arango y simpatizantes de Casa Aztlán, se plantaron afuera de una sucursal del banco, para pedir el alto al proceso de embargo ya que el jueves es la cita en corte en donde se determinara su futuro.

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