A una semana de la masacre

NUEVA YORK – A una semana de la masacre en Connecticut, varios todavía no pueden creer lo sucedido, mientras otros tratan de seguir adelante.

Este viernes campanas sonarán 26 veces por todo EEUU en memoria de las 26 víctimas que murieron a manos de Adam Lanza, de 20 años.

Lanza entró forzosamente a la escuela de Newtown, Sandy Hook Elementary, armado con un rifle semiautomático y otras armas, embistiendo a tiros a20 pequeños y a seis adultos del personal escolar. Según apuntan las investigaciones, el pistolero se quitó la vida en cuanto escuchó la llegada de los primeros servicios de emergencia.

Momentos después, las autoridades descubrieron que Lanza había matado de cuatro tiros en la cabeza a su madre, Nancy, antes de llevar a cabo su macabro plan.

Por su parte, algunos habitantes de Newtown se esfuerzan por enfrentar sus pérdidas y preservar el recuerdo de sus familiares, otros también luchan contra las dificultades para seguir adelante: los rescatistas que vieron la terrible escena de la matanza ocurrida la semana pasada en una escuela primaria.

El bombero Peter Barresi conducía su vehículo el viernes por Newtown cuando vio que autos patrulla de la policía se dirigían a toda velocidad hacia la escuela de su hijo mayor. Cuando Barresi fue enviado a la primaria Sandy Hook, lo que vio lo impactó para siempre.

Mientras padres angustiados buscaban a sus hijos, el bombero se preparó para recibir a los heridos, pero un paramédico regresó con las manos vacías, una evidencia de la magnitud de la matanza. Barresi, cuyo hijo escapó ileso, descubrió después que entre los 26 muertos había chicos que jugaban béisbol con su hijo y habían asistido a fiestas de cumpleaños en la casa de él.

"Para algunos de nosotros, (la tragedia) es bastante difícil", dijo Barresi, que pertenece a la Compañía de Bomberos Voluntarios y Rescate de Sandy Hook. "Afortunadamente la mayoría de nosotros no entró".

Newtown y sus alrededores capearon el jueves su cuarta jornada de funerales, seis días después de que un individuo armado, de 20 años, matara a su madre en su casa, así como a 20 niños y seis adultos en la escuela, y luego se suicidara por razones aún desconocidas.

Los dolientes sepultaron a Catherine Hubbard, Benjamin Wheeler, Jesse Lewis y Allison Wyatt, todos de seis años, así como a Grace McDonnell, de siete.

En Katonah, Nueva York, se llevó a cabo una ceremonia religiosa en recuerdo de la maestra Anne Marie Murphy, de 52 años, quien a decir de las autoridades intentó proteger a algunos de sus alumnos de la lluvia de balas. El sacerdote católico Timothy Dolan la comparó con Jesucristo.

"Al igual que Jesús, Annie dio su vida por sus amigos", afirmó Dolan. "Como Jesús, la vida y la muerte de Annie brindan luz, verdad, bondad y amor a un mundo a menudo envuelto en la obscuridad, el mal, el egoísmo y la muerte".

Una campana tañó el jueves en la iglesia católica de Santa Rosa de Lima, de Newtown, durante el funeral de Catherine, cuya familia dijo que será recordada por su pasión hacia los animales y su sonrisa constante.

La iglesia episcopal Trinity, ubicada en la calle principal, estuvo atestada durante el funeral de Benjamin, descrito como un músico en ciernes y admirador de los Beatles. La ceremonia religiosa en su memoria incluyó el tema musical "Here Comes The Sun" de George Harrison. Unos 25 chicos exploradores hicieron fila en la entrada de la iglesia en honor del ex niño explorador.

En el centro de Danbury, los dolientes llenaron la iglesia First Congregational de pilares blancos durante la ceremonia religiosa en honor de la maestra Lauren Rousseau, de 30 años. Sus amigos lloraron en el altar al recordar a la mujer animosa, trabajadora y alegre que divertía a todos y les ponía apodos.

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