Mientras la epidemia de ébola sigue sin dar tregua en África, un estudio del Instituto Robert Koch, publicado por la revista científica Embo Molecular Medicine, publicó una nueva hipótesis sobre su origen.
De acuerdo con el informe, es probable que un murciélago del tipo Mops condylurus fuera el causante de la diseminación de la enfermedad en el continente africano.
Algunos científicos, encabezados por el alemán Fabian Leendertz, especulan que todo pudo haber comenzado en un árbol.
La hipótesis señala que los niños de la aldea de Meliandou, en Guinea, jugaban con ese tipo de murciélagos, que comen insectos y se ocultan en el tronco de un árbol.
Fue precisamente en ese lugar donde se detectó el primer caso de un paciente con el virus, en diciembre de 2013.
La diversión de los menores era cazar murciélagos, por lo que se cree que estos animales le hayan transmitido la enfermedad al joven.
Los investigadores encontraron entre los restos quemados de un árbol huellas genéticas del murciélago, portador del virus desde antes de que estallase la epidemia y además una especie capaz de sobrevivir al mismo.
