El cáncer no debilitó su fe en la Virgen Morena

El cáncer no debilitó su fe en la Guadalupana

Lucila Vega siempre ha sido devota de la Virgen de Guadalupe. Pero dice que en febrero del 2012 un suceso en su vida la haría reafirmar su fe.

Fue diagnosticada con cáncer en su seno izquierdo.

“Fue bien duro porque se me calló todo el pelo y luego CON las quimoterapias sentían que me moría. Pero pues yo decía, les decía a mi familia, en el trabajo, no pues yo me agarro de la mano de Jesusito y de la Virgen para salir adelante”, dijo Lucila.

Lucila cuenta que los estragos de la mastectomía y la quimioterapia no debilitaron su fe y se refugió en el cerrito del Tepeyac en De Plaines.

“Mi hermana la más chiquita me llevaba al Santuario de la Virgen de Guadalupe a pedirle que me ayudara”, señaló.

Según Lucila sus súplicas fueron escuchadas y seis meses después se había recuperado y estaba libre de cáncer.

“Aunque los doctores lo curan a uno, pero si no fuera por Dios y la Virgen pues verdad, nada fuera posible”, dijo.

Pero casi dos años después su fe fue puesta a prueba una vez más. En esa ocasión un linfoma cerebral atentaba contra su vida.

“Por lo mal que me sentí, no podía caminar, no podía escribir. No podía hacer una cuenta. No me acordaba de las cosas porque como fue en el cerebro, fue muy duro”, explicó.

Con rosario en mano, una vez más le suplicó a la Virgencita Morena que le permitiera vivir y ganarle por segunda vez la batalla al cáncer.

“Yo sé que es un milagro. Gracias a la Virgen, y yo siempre digo, también a Jesusito”, indicó.

 

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