Bañarte a la mañana y otros malos hábitos para tu alergia

Para las personas alérgicas, son muchos los agentes irritantes que disparan las sesiones de estornudos, ojos hinchados y molestias en la garganta. Sin embargo, las alergias más comunes tienen soluciones simples. Mascotas: no es el pelo de perros y gatos lo que te irrita, sino la caspa, escamas de piel y fluidos de estos animales el alergeno (la sustancia que dispara la reacción alérgica). Aunque no tengas mascotas, puede molestarte lo que se ha depositado en la ropa de otros. Elimina estos restos de tus muebles y ropa limpiándolos con una aspiradora de buena potencia. Esporas de moho: son hongos microscópicos que flotan en el aire, se producen tanto en ambientes cerrados como en el exterior y se ven favorecidos por la humedad. Para librarte de las esporas, limpia las superficies de la casa con agua y vinagre, y procura reducir la humedad. Contaminación: el smog y la suciedad en el aire de las grandes ciudades acentúa el efecto del polen, lo que estimula tu alergia. En lo que puedas, cierra las ventanas de tu casa, tu auto o tu oficina, y enciende el acondicionador de aire para que su filtro te libere de alergenos. Alergia estacional (fiebre de heno): el polen que desprenden las plantas en distintos momentos del año alerta a tu sistema inmunológico, que reacciona exageradamente con estornudos y la irritación en nariz, garganta, ojos y oídos. Tienes que evitar permanecer al aire libre durante los momentos del año en que aumenta la producción de polen en las plantas. Bañarte por la mañana: si, como la mayoría de las personas, tienes este hábito, te vas a dormir a diario con una gran cantidad de alergenos acumulados sobre tu cuerpo. Simplemente, báñate a última hora de la tarde, y te asegurarás un buen descanso y mejor despertar. Tus zapatos: puedes tener una casa impecable y muy buenos hábitos antialérgicos, pero si caminas por todos los ambientes con el calzado que traes de la calle, estás esparciendo toda clase de irritantes en el hogar. Quítate los zapatos al llegar a casa o límpialos sobre un felpudo. La alfombrilla junto a la cama: las superficies mullidas acumulan polvo, y tú lo respiras todo el tiempo mientras duermes. Elimina las alfombras de tu habitación, o asegúrate de hacerles una limpieza profunda varias veces al año. El salón del gimnasio: muchas personas son alérgicas a las esporas de moho, y en el gimnasio, donde todos transpiran, respiran profundo y toman baños, la humedad favorece su producción. Pasa el menor tiempo posible en el vestuario. Fibras sintéticas: las telas sintéticas como el poliéster no dejan respirar bien la piel, por lo que la humedad, unida a la estática de este género, atrae el polen y las esporas de moho. Cámbialas por algodón, lana y cachemira, que resisten el calor en la limpieza y eliminan todos esos irritantes. Si todavía sufres con tus alergias, prueba un antihistamínico que no provoque somnolencia para continuar sin molestias con tu vida normal.

Fuentes: American Academy of Allergy, Asthma & Immunology.

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