Récord de accidentes en R. Dominicana

SANTO DOMINGO - República Dominicana - El estudiante de bachillerato Adonis Tineo yacía inmóvil en una abarrotada sala de emergencia después de que su motocicleta se estrellara contra camión de carga que transportaba arroz cuando intentaba pasar a un minibús de pasajeros en contravía. "El camión me dio durísimo; esos camiones no se detienen", dijo a The Associated Press el joven tendero de 17 años y alumno de secundaria, quien aún lamenta para pasar al vehículo conducía en sentido contrario y "no llevaba nada": ni casco ni licencia para conducir. "Voy a durar un buen tiempo sin volver a montar (conducir)" la motocicleta, agregó Taneo en la sala de emergencia del hospital dominicano de traumatología Darío Contreras, mientras aguarda, junto con otros seis conductores heridos, a que le practiquen una cirugía que le corrija una delicada fractura en su fémur derecho. El accidente de Tineo, ocurrido el pasado 11 de junio en el populoso barrio de Los Alcarrizos, al oeste de Santo Domingo, no es un caso aislado. El flujo constante de heridos por accidentes de tráfico sobrepasa la precaria capacidad hospitalaria del país, donde algunos pacientes son atendidos en camillas en los pasillos, otros en la sala de emergencia, y donde en una tarde reciente sumaba hasta 20 motociclistas con clavos metálicos que atravesaban sus rodillas para tenerlas inmóviles, a la espera de ser atendidos por diversos tipos de fracturas. Las cifras de mortalidad del país caribeño por accidentes de tránsito, 41.7 decesos por cada 100,000 habitantes, sólo es superada por la pequeña isla de Nieu en el sur del Pacífico, vecina de Nueva Zelandia, con 68.3 muertes por cada 100,000 habitantes, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2013. La tasa de mortandad dominicana duplica a la de toda la región, incluyendo a Estados Unidos, que tiene en promedio 16 muertos accidentados por cada 100,000 habitantes. En la región, el segundo país con mayor cantidad de muertos en accidentes viales es Venezuela, con una tasa de 37.2 por cada 100,000. El índice de muertes en accidentes de tránsito en Estados Unidos es de 11 por cada 100,000. La cifra de muertos en accidentes se duplicó en República Dominicana desde 2009, cuando la organización mundial reportó 30.4 decesos por cada 100,000 habitantes. ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que cambió en los últimos cuatro años? El caótico tráfico, el consumo de alcohol, el irrespeto generalizado por las regulaciones viales y, especialmente, la compra masiva de motos baratas en el mercado llevaron a que la isla ocupe ese deshonroso segundo lugar a nivel mundial. Las 1.5 millones de motocicletas que circulan en República Dominicana representan más del 51 por ciento de los vehículos y su proporción sigue en aumento, según cifras oficiales. Pese al constante incremento del ingreso del dominicano del común, las clases populares aún tienen dificultades para comprar un vehículo. Mientras el número de automóviles familiares se incrementó anualmente en 6.25 por ciento desde 1999, la cantidad de motocicletas creció en promedio 12 por ciento cada año, sin tomar en cuenta aquellas que no están registradas, de acuerdo con estadísticas oficiales. Las motocicletas, de las cuales unas 230,000 son usadas como moto-taxis, constituyen un medio vital de transporte en zonas rurales y barrios urbanos, donde más del 50 por ciento de la población con empleo fijo percibe menos de 250 dólares al mes. "Estamos asistiendo a una de las epidemias más fuertes", dijo Félix Hernández, director del moderno hospital traumatológico Ney Arias Lora, que junto al Darío Contreras recibe a la mayoría de víctimas de accidentes viales del país. Es frecuente ver en las carreteras a familias de hasta cinco o seis personas, incluidos bebés, en una motocicleta, a varios jóvenes motociclistas que hacen acrobacias en las autopistas mientras beben cerveza, sin casco protector o conductores que en sus viejas y destartaladas motos transportan todo tipo de carga, hasta pesados tanques de gas. "La mayoría de los motoristas (motociclistas) usted los ve que andan con el casco en el codo, sólo para tenerlo a mano por si los ve un policía", dice la médica Surelis Jiménez, gerente de emergencias del hospital Ney Arias Lora. El problema es tan grave que el sitio Web del Departamento de Estado de Estados Unidos contiene diez párrafos en los que advierte a los turistas sobre los peligros de conducir en el país. Una de las recomendaciones incluye la contratación de un conductor profesional pero, si no lo pueden costear, sugieren "tener la mayor precaución y seguridad vial". El director Hernández destacó que los accidentes provocan más muertes entre los hombres que cualquier enfermedad. En Venezuela, el tráfico vial provoca más de 6,000 decesos al año y es la sexta causa de muerte, sólo superada por enfermedades cardiovasculares, cáncer, cerebrovasculares, homicidios y diabetes. La organización no gubernamental venezolana Observadores de Seguridad Vial estima que cerca de seis de cada 10 accidentes viales fueron provocados por el exceso de velocidad. De acuerdo con estadísticas de la policía y de la Procuraduría General dominicanas, los accidentes generan anualmente cerca de 2,000 muertes, pero las autoridades reconocen que existe un enorme número de casos que no se registran porque sólo se contabilizan a quienes fallecen de forma instantánea. Hernández explicó que las personas que mueren durante las 48 horas posteriores al accidente no son contabilizadas por la policía y menos aún el 5 por ciento de fallecimientos que ocurre semanas después como consecuencia de las secuelas de los traumas y heridas. Así, la suma de víctimas mortales llega a unas 4,000. Sólo de enero a mediados de junio de este año, el hospital Darío Contras había atendido a 25 personas accidentadas por día, 60 por ciento de los que viajaban en motos. En 2012, esa clínica atendió a 9,959 víctimas; 60 por ciento motociclistas. De los cerca de 120 heridos que a diario recibe el Ney Arias Lora, más de 80 viajaban en motocicletas, la mayoría hombres entre 15 y 44 años. Fuera de las pérdidas humanas y del dolor que producen, los accidentes generan gastos médicos anuales de más de 25 millones de dólares al año al estado pues la gran mayoría de los heridos carecen de seguro médico. El tratamiento para un motociclista accidentado con heridas típicas, como fractura de fémur u otros huesos largos, es de unos 2.900 dólares, sin considerar a aquellos que requieren cuidados intensivos y procedimientos más costosos, según datos del Ney Arias Lora. "Ahí viene el dolor de cabeza para nosotros los directores de hospitales", dijo el médico Hernández al detallar que cerca de la mitad de los accidentados son indigentes que no tienen dinero para una prótesis de cadera, un clavo o un fijador externo. De manera frecuente, en los siniestros mueren varios integrantes de una misma familia, dice la gerente de emergencias Jiménez. Manuel Segura, un veterinario de 56 años, falleció el 28 de septiembre pasado con su hija Yamilka, de nueve, cuando junto a su cuñado Wander Urbáez regresaban de un velorio; los tres en una sola moto. Segura nunca usaba casco y había aprovechado una pendiente en un camino rural en Polo, 215 kilómetros al oeste de la capital, para apagar el motor y ahorrar combustible. Pero no pudo esquivar un minibús y los frenos le fallaron a último momento, dijo su sobrina Carolina Batista con base en la versión de Urbáez, único sobreviviente. "No sé qué pasó, no vi de dónde salió ese carro", dijo Fernando Díaz, de 34 años, quien una noche a mediados de junio chocó contra un vehículo cuando viajaba con su hija de 13 años en su motocicleta en un barrio marginal de Santo Domingo. La adolescente fue hospitalizada con varios golpes y él sufrió fracturas en la pierna izquierda por lo que está a la espera de una cirugía. El problema no sólo es de recursos hospitalarios, dicen las autoridades, al reconocer que el país no cuenta con un sistema que sancione a los infractores de las normas de tránsito. "Debemos fortalecer las regulaciones en cuanto al tránsito, implementando las multas porque la gente siente mucho por el bolsillo", dijo el médico Hernández. En un reciente fin de semana, la policía detuvo a más de 460 motocicletas y 170 coches en la capital de Santo Domingo. Las infracciones emitidas fueron por conducir en sentido contrario o por cruzarse el semáforo en rojo. La oficina técnica que regula el trasporte colectivo estima que el 85 por ciento de los choferes de moto-taxis no cuentan con licencia para conducir. Según registros de la Autoridad Metropolitana de Transporte, en los últimos siete años 67,000 conductores han acumulado más de 10 multas cada uno por infracciones de tránsito que nunca han pagado, sin que las autoridades les impongan sanciones mayores o restricciones para manejar. Cerca de 3,500 de esos infractores han acumulado más de 50 multas y 29 de ellos, identificados con nombre, fotografía y número de identificación, suma cada uno entre 200 y 480 infracciones. La ley de tránsito establece que las autoridades pueden cancelar la licencia de conducir a un infractor luego de varias sanciones. Pero nunca se creó el reglamento y el sistema para hacerla efectiva y las multas, además, prescriben luego de un año. El procurador general Francisco Domínguez Brito fue uno de los primeros funcionarios que rechazó la decisión de la justicia cuando liberó a un hombre de 20 años bajo fianza, luego de que en estado de embriaguez y sin licencia de conducir, provocara la muerte de tres personas al arrollarlas con su vehículo durante las celebraciones callejeras por el triunfo de la selección dominicana en el mundial de béisbol de marzo pasado. La ley de tránsito establece como pena máxima ocho años de cárcel, menor al tiempo para que el delito no sea excarcelable, por lo que los imputados pueden permanecer libres bajo fianza a la espera de juicio.

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