Vaticano acusado de atemorizar a creyentes

La dirigente de la organización de monjas más grande de Estados Unidos refutó el lunes las razones que dio El Vaticano para sancionar a su grupo y rechazó una vez más la noción de que sea una rebelión cuestionar la doctrina eclesiástica.

La hermana Pat Farrell, presidenta de la Conferencia de Liderazgo de Religiosas, afirmó que los católicos deberían poder buscar respuestas sobre su fe sin temor.

"No creo que este sea un ambiente sano para la Iglesia", manifestó Farrell en una entrevista por teléfono. "Podemos utilizar este hecho para hacer que las cosas avancen en esa dirección, donde sea posible plantear interrogantes que no sean vistas como un desafío o rechazo".

Farrell se pronunció sobre el asunto por primera vez desde que la semana pasada se reunió con la oficina responsable de la ortodoxia vaticana, la Congregación para la Doctrina de la Fe, la cual concluyó en abril que el grupo se había desviado mucho de las enseñanzas eclesiásticas.

El Vaticano designó a tres obispos estadounidenses para realizar una revisión general de la organización. La decisión desató protestas en apoyo a las hermanas en varias partes del mundo.

Luego de una investigación iniciada en 2008, la oficina vaticana determinó que el grupo de monjas no había seguido la enseñanza central sobre el aborto y que promovía "ciertos temas radicales feministas" que minan la enseñanza católica sobre el sacerdocio únicamente masculino, el matrimonio y la homosexualidad.

Farrell dijo que durante el encuentro en Roma no le pidió a las autoridades vaticanas que desecharan su exigencia de reformas. "Creo que claramente pudimos ver en el tenor de la conversación que eso no era una alternativa", explicó.

Describió la reunión como franca y abierta, pero difícil. Dijo que salió del encuentro nada optimista sobre lo que vendría.

El Vaticano instruyó a los tres obispos estadounidenses para que supervisen una nueva redacción de los estatutos de la Conferencia, revise los planes y programas de ésta -incluso la aprobación de directivos- y se aseguren de que el grupo siga propiamente las oraciones y rituales católicos.

La Conferencia, con oficinas centrales en la ciudad de Silver Spring, Maryland, representa al 80% de las 57.000 monjas en Estados Unidos.

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