NUEVA YORK – Los oficiales que respondieron a la matanza de Connecticut el pasado 14 diciembre piden ayuda profesional.
Varios policías han reportado estar traumados luego de haber presenciado una de las matanzas más horrendas de la historia de EEUU.
Este pasado viernes, a una semana de la tragedia, campanas sonaron 26 veces por todo el país en memoria de las 26 víctimas que murieron a manos de Adam Lanza, de 20 años.
Lanza entró forzosamente a la escuela de Newtown, Sandy Hook Elementary, armado con un rifle semiautomático y otras armas, embistiendo a tiros a 20 pequeños y a seis adultos del personal escolar. Según apuntan las investigaciones, el pistolero se quitó la vida en cuanto escuchó la llegada de los primeros servicios de emergencia.
Momentos después, las autoridades descubrieron que Lanza había matado de cuatro tiros en la cabeza a su madre, Nancy, antes de llevar a cabo su macabro plan.
Por su parte, algunos habitantes de Newtown se esfuerzan por enfrentar sus pérdidas y preservar el recuerdo de sus familiares, otros también luchan contra las dificultades para seguir adelante: los rescatistas que vieron la terrible escena de la matanza ocurrida la semana pasada en una escuela primaria.
Por su parte, los policías también pidieron que se expandan los beneficios para oficiales que presencian crímenes de este tipo.
