Más de un millón de venezolanos toman las calles

CARACAS, Venezuela (AP) — El pulso político en Venezuela se agravó después de que la Asamblea votara a favor de abrir un juicio político al presidente, Nicolás Maduro, por la supuesta ruptura del orden constitucional, y los líderes de oposición convocaron protestas masivas para el miércoles para expulsar al impopular líder socialista.

Es improbable que la votación del martes en la cámara, dominada por la oposición, tenga ningún efecto legal porque Maduro sigue controlando otras ramas del gobierno, como el Ejército y el Tribunal Supremo, que ya ha declarado ilegítima la Asamblea Nacional. Pero avivó las tensiones tras la suspensión la semana pasada de una iniciativa de la oposición de convocar un referendo revocatorio contra Maduro.

Los legisladores de oposición alegaron que en la práctica, el mandatario ha abandonado la presidencia al dejar de lado sus tareas, y varios legisladores aseguraron que el mandatario tiene doble ciudadanía colombo-venezolana y por tanto la Constitución le impide ocupar la presidencia.

"Si Maduro tiene la doble nacionalidad no tiene el derecho constitucional de gobernar a Venezuela", dijo el diputado opositor Juan Miguel Matheus en la sesión de la Asamblea Nacional.

A diferencia de otros países latinoamericanos como Brasil, donde Dilma Rousseff fue destituida de la presidencia en agosto, la Asamblea Nacional venezolana no puede impugnar al presidente. Esa decisión recae directamente en el Supremo, que nunca ha votado contra Maduro.

Los oponentes de Maduro preparan una marcha masiva este miércoles que se ha descrito como la "Toma de Venezuela".

Pese al aumento de la tensión, el gobierno y la oposición han acordado hacer un intento de diálogo para desactivar la crisis.

Está previsto que las conversaciones, auspiciadas por el Vaticano y otros gobiernos sudamericanos, comiencen el 30 de octubre en la isla caribeña de Margarita. Maduro, que el lunes tuvo una audiencia privada con el papa Francisco en el Vaticano, dijo que viajará personalmente a la isla para iniciar las conversaciones.

Pero la oposición, que ya recorrió esta senda en crisis anteriores, alberga pocas esperanzas de avances. Aunque una gran mayoría de los venezolanos culpa a Maduro de las filas para comprar comida y la inflación disparada, el partido gobernante tiene un férreo control de instituciones como el Ejército y no ha dado indicios de interés en ceder ante la oposición.

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