El Día Internacional de la Mujer, que se conmemora desde 1911, fue establecido como un homenaje a las trabajadoras textiles que protestaban en Estados Unidos por las penosas condiciones laborales en que lo desempeñaban.
Pero esa no fue la primera manifestación en pro de la equidad de género. Por lo menos se han documentado acciones desde 1857.
Más de un siglo después de que la Organización de las Naciones Unidas estableció el 8 de marzo para recordar a las mujeres trabajadoras que hicieron posible que muchos visibilizaran las condiciones desiguales en que se desarrollan, la sociedad global tiene enormes pendientes para hacer realidad la equidad de derechos.
Paradójicamente, en muchas sociedades la reflexión necesaria sobre la lucha histórica de la mujer por la equidad pasa a segundo término en esta fecha, ya que muchos la confunden o quisieran reeditarla como una nueva versión del Día de la Madre o San Valentín, que festejan la mayoría de los países hispanos.
Sin embargo, frente a las jubilosas felicitaciones hay estadísticas que nos llevan a aterrizar, ya que aún hay muchos pendientes para hacer realidad la equidad de género.
Baste saber que en materia laboral, diversos estudios han confirmado que las mujeres pueden trabajar el doble que sus compañeros varones, pero perciben un salario al menos 30 por ciento menor, y esto pese a que el Informe Global de la Brecha de Género 2015 del Foro Económico Mundial asegura que hay avances.
En las últimas décadas en América Latina, la participación laboral de la mujer ha aumentado en promedio más de 50%, y trabaja 70% de las mujeres en edad reproductiva.
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Sin embargo, las mujeres que eligen ser madres y trabajadoras aún desempeñan una doble o triple jornada laboral, al seguir trabajando fuera de su ámbito profesional para sacar adelante a hijos y familia, sin recibir mayor remuneración económica.
En América Latina, por ejemplo, en los últimos 40 años solo 10 mujeres han sido presidentas de algún país, pese a que más de 51% de la población de la región es de género femenino.
Y, pese a los avances globales, solo 47 mujeres han ganado el Premio Nobel, la mayoría de ellas, gracias a su trabajo por la reivindicación del género.
