Se agota la paciencia: migrantes enfilan hacia Querétaro

La caravana se divide en Ciudad de México, aunque se reunirá en el camino.

El tiempo y la paciencia para ellos se acabó por lo que decidieron seguir tras su meta: alcanzar la frontera norte de México y cruzar a Estados Unidos, donde confían en iniciar una nueva vida.

Apenas amaneció, hombres, mujeres y niños originarios principalmente de Honduras tomaron sus cosas y caminaron hacia el Metro para alejarse de Ciudad de México. 

"Nos vamos a arriesgar en el nombre de Dios y vamos para adelante", dice Glenda, una ciudadana de Honduras. 

Ella y sus tres hijos formaron parte de uno de los contingentes, ya que no quería perder más días y alcanzar su objetivo. 

"No podemos estar en un solo lugar mucho tiempo, nos deprimimos, nos enfermamos", explica Glenda. 

Junto a ellos, otros migrantes, poco más de 500, partieron rumbo al estado de Querétaro con los mismos sueños. 

"Lo que salga, lo que venga; primero Dios va a estar bien", considera Diego Cosío, un ciudadano de Honduras. 

Y mientras ellos se enfilaron hacía las carreteras dispuestos a enfrentar los peligros, muchos más se quedaron en el refugio que ofrecía un estadio deportivo hasta donde llegaron los mariachis para hacer más ligera su espera. 

Más de 5,000 migrantes continúan en las instalaciones deportivas de la capital mexicana, pero dicen que el sábado, a la 5 de la mañana, a como de lugar retomarán su camino. 

Una de las activistas ya dio el aviso de que a pie o en autobuses deberán retomar su travesía hacia su destino.

"Todos se van, a excepción de quienes se quedan a tramitar el asilo", dice Gina, la activista. 

En tanto, los migrantes se relajan y descansan porque saben que lo difícil aún está por venir.

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