Su sueño de ayudar a los más desprotegidos en las comunidades hasta las cuales los servicios de salud no llegan fue destrozado por la violencia y el crimen.
Alejandra Antonio no ha podido olvidar ni un solo detalle de la terrible experiencia que vivió cuando un grupo de mujeres que presumían ser parte de una organización criminal querían obligarla a entregarles medicamento bajo la amenaza de matarla.
"Es una inseguridad todo el tiempo, un miedo todo el tiempo, no saber quién va a llegar al consultorio, si estás solo", dice la médico Alejandra Antonio.
El mismo sentimiento lo tienen cientos de médicos y pasantes que al intentar hacer su trabajo se convierten en atractivas presas para los criminales.
Miriam López representa al Colegio de Médicos en México y revela que las agresiones contra este gremio son constantes y van más allá de los consultorios.
"Ahora el médico es interceptado en su domicilio, saliendo del consultorio, en calle", dice López.
La mayoría de ellos, asegura no regresan, sobre todo en entidades como el Estado de México, Guerrero, Morelos, Michoacán, Tamaulipas y Veracruz, donde los delitos contra los doctores son cosa de todos los días.
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Gran parte de los médicos que son amenazados y agredidos prefieren no denunciar ante las autoridades, pero según recuentos que ha hecho el propio gremio, esta situación se ha incrementado más del doble en los últimos cuatro años.
A Giorgio Franugetti también un hombre lo amenzó de muerte en una comunidad donde daba consulta, por ello tuvo que dejarlo todo y ahora ejerce tratando de alejarse del peligro.
"En nuestra organización hemos presenciado distintos poblados en donde el narco ya está muy coludido", dice Franugetti.
Hasta ahí ya ningún médico quiere ir, porque saben que cooperen o no con los criminales su vida siempre estará en riesgo.
