Las detonaciones sonaron tan cerca que de inmediato la gente se aventó al suelo y el pánico invadió a quienes asistieron a la inauguración de un mural en Nuevo Laredo.
Esta mujer se aferraba a su hija para protegerla, otras lloraban; nadie sabía que pasaba, solo escuchaban las balas que parecían pasar sobre ellos.
Dos miembros de la Marina con sus armas empuñadas aparecieron en la escena grabada por un dron y varios celulares, buscaban entre la gente al Alcalde de la ciudad y lo encontraron bajo los guardias que lo protegían con sus cuerpos.
Luego se lo llevaron en una camioneta mientras los demás quedaron tirados, en medio de las detonaciones.
"Se logró detectar ahí a un vehículo que echó una corrida y se generó la tensión, caos y confusión", dice el alcalde Enrique Rivas Cuéllar.
Ninguno de los asistentes al evento resultó herido, porque el enfrentamiento entre presuntos delincuentes se registró a unas cuantas calles de ese sitio.
La balacera ocurrió justo un día después del anuncio del arribo de 80 elementos de la Policía Federal a la ciudad fronteriza, que llegaron para colaborar en labores de seguridad y combatir delitos de alto impacto.
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Y es que a lo largo de esta semana, el intercambio de fuego se ha hecho cosa de todos los días, dejando por lo menos a una decena de personas muertas, y pánico entre los habitantes.
"Hay una inseguridad total", lamenta José Pérez, uno de los habitantes de Nuevo Laredo.
Y se puede apreciar a simple vista en las calles, muchas de las cuales permanecen bloqueadas por los delincuentes.
