Desnutrición y miseria, combinación letal en México

Las tortillas y frijoles han sido los únicos alimentos que durante generaciones han mantenido a los Martínez y a miles de familias, porque su precaria situación económica les impide comprar verduras, semillas y mucho menos carne y pollo. 

"Aquí la mayoría es campesino", dice Élida Martínez, quien vive en uno de los pueblos más pobres de Oaxaca, allá donde ningún apoyo llega y el hambre y la desnutrición forman parte de sus vidas. 

"Aquí comen los campesinos de su trabajo, de lo que ellos cosechan", detalla Martínez.

Pero cuando la tierra no les da nada, solo les queda ver cómo sus seres queridos enferman y hasta mueren por la falta de comida. 

Según datos oficiales, a por lo menos 24 millones de mexicanos apenas les alcanza para comer una vez al día y muchos de ellos han dejado de alimentarse porque no cuentan con recursos para hacerlo. 

Durante los últimos años la situción se ha recrudecido. 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el Inegi, reveló que entre el 2014 y 2017 más de 33,000 personas, entre ellas miles de menores de edad murieron por no poder alimentarse de forma adecuada. 

"Por el bien de todos primero los pobres", insiste el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

El nuevo gobierno reconoce el problema y se ha propuesto disminurlo. Porque es imposible no notarlo al recorrer las comunidades más pobres, llenas de niños desnutridos y funerales de pequeños y adultos que no soportaron más tener el estómago vacío. 

"No nos alcanza, no es como tener un sueldo fijo", dice Luis Hernández. 

Con un ingreso de menos de $5 al día, Hernández intenta mantener a sus hijos y su esposa, pero los gastos son muchos, dice,  y se reflejan en su mesa vacía. 

"Cuando Dios nos bendice, comemos lo que encontramos y, cuando no hay, la pasamos con frijolitos", cuenta. 

Y asegura que no puede nada más, aunque sabe que sin alimento, su familia es vulnerable a enfermedades, poco desarrollo y hasta a la muerte.

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