La respuesta fue inmediata. Desde 10 estados del país acudieron personas que están en busca de familiares desaparecidos hacia Morelos, en el centro de México, donde una comisión de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos anunció que recolecta muestras de ADN para cotejarlos con restos hallados.
Se trata de una estregia de la Comisión Científica de Identificación Humana y el Programa de Atención a Víctimas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) que pretende confrontar las muestras genéticas con las de más de 100 cadáveres encontrados en dos fosas clandestinas.
Los restos humanos fueron localizados en dos fosas de Tetelcingo, municipio de Cuautla, según informó el rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez, en el arranque del programa que da alguna esperanza a miles de mexicanos que buscan desde hace años a algún familiar.
El programa coincide casi con la declaración de la Procuraduría General de la República sobre que en cuatro años, de 2012 a la fecha, la base de datos de ADN de la dependencia pasó de 5,000 a 28,600 muestras.
De ahí que el programa universitario marca un hito en la historia del país, ya que contará a sus propios recursos sumará apoyos de instituciones extranjeras para que más de 30,000 familias aporten información que les permita localizar a sus seres queridos desaparecidos.
Según lo detallado por Vera Jiménez, la primera etapa del programa permitirá recolectar unas 100 muestras y requiere una inversión de casi 3 millones de pesos, unos $195,000.
La Dirección de Víctimas de la UAEM y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad dijeron estar en espera de que la Procuraduría General de la República autorice la exhumación de los cuerpos enterrados en las dos fosas de Tetelcingo.
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Habitantes de las comunidades cercanas a ese municipio de Morelos dijeron a medios locales que confían más en los científicos de la UAEM que en la Fiscalía General del Estado.
“Ante omisiones y negligencias criminales, tomamos la decisión de vincularnos con instituciones nacionales e internacionales a fin de construir un banco de datos confiables”, expresó el rector.
“Creemos que esto es un deber humano, como institución socialmente responsable. Por eso damos este paso, para que de una vez que se liberen permisos a fin de abrir estas fosas e identificar los cadáveres de Tetelcingo”, añadió.
