El llamado fue hecho y miles se han unido a él….
Son miembros de ocho distintas iglesias con representación en México que han iniciado una guerra en contra de la decisión del Estado que permitiría el matrimonio entre personas del mismo sexo y las adopciones en todo el país.
"Durante 2,000 años no hemos cambiado la postura, el matrimonio querido por dios es entre un hombre y una mujer", afirma Jesús Priego, portavoz del Arzobispado de San Luis Potosí.
La diócesis católica de central estado de San Luis Potosí forma parte del movimiento.
Su portavoz, asegura que son más de 1,000 las organizaciones que se unieron para formar el Frente Nacional de la Familia y que, dice, harán todo para impedir que prospere la iniciativa anunciada por el presidente Enrique Peña Nieto para que los matrimonios igualitarios queden consignados en la Constitución.
Como parte de sus protestas, católicos, ortodoxos y luteranos, entre otros, llamaron el 5 de junio a sus seguidores a castigar en las urnas al partido que abandera al presidente
El Partido Revolucionario Institucional perdió siete de los 12 estados en disputa, y los opositores a la legalización del movimiento igualitario aseguran que su movimiento fue vital en esos resultados.
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La discusión sobre las reformas a la Constitución inició en el Congreso mexicano, pero incluso ahí los legisladores del PRI se han dividido y, así como algunos apoyan la propuesta de Peña Nieto, otros se pusieron al lado del bloque que conformaron las iglesias.
Pero analistas políticos van más allá, advierten que los dirigentes y militantes del PRI que se ocultan tras el movimiento contra los matrimonios gay, no quieren darse cuenta de graves problemas que hay en el país.
Al menos en tres de los siete estados que perdió el PRI, las bandas del crimen organizado se enfrentan para controlar sus territorios, aumenta el número de muertos y desapariciones forzadas.
Tampoco, dicen los analistas, el PRI parece recordar la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en Guerrero, ni lo que se ha considerado como falta de justicia en casos como el de la Guardería ABC y las torturas denunciadas por organismos internacionales.
Más allá de esos temas que ocupan la agenda de organizaciones de derechos humanos que tienen el respaldo internacional, el Consejo Ecuménico asegura que reforzará su movimiento e incluso ha planeado acciones hasta las elecciones de 2018, cuando se renovará la Presidencia de México.
Mientras tanto, el gobierno federal intensifica su campaña a través de sus funcionarios para dar respuesta a los líderes religiosos que, aseguran, velan por la familia.
"A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César", dice Rosario Robles, Secretaria de Desarrollo Urbano.
No obstante, la verdadera guerra se librará en la Cámara de Diputados, donde sus integrantes deberán decidir si autorizan el cambio constitucional en medio de la presión que ejercen representantes de diversos credos.
