Bien dicen que las personas no deben ni siquiera hablar de la política y religión porque uno siempre acaba peleando, pero la alcaldesa de Monterrey decidió hablar de los dos temas y frente a cientos de personas.
Margarita Arellanes Cervantes, presidenta municipal de Monterrey, dijo durante el evento Monterrey Ora que entregaba la ciudad a “nuestro señor Jesucristo”.
“Abro las puertas de este municipio a Dios, como la máxima autoridad” dijo la funcionaria local.
Analistas políticos dicen que esto es un grave error e incluso que violó la constitución, ya que la constitución mexicana indica claramente que los políticos no deben mezclar la religión con el trabajo.
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“Nadie puede quitarse el papel de gobernante. Dejar la investidura en tu casa y presentarte con otra cachucha”, dijo en analista Fred Álvarez.
Aunque la panista regiomontana justifica que estaba en un acto privado, ahora será la misma Secretaría de Gobernación quien tenga que analizar el caso.
Esta no es la primera vez que sucede que los gobernantes entreguen su Estado en las manos de Dios, ya que ante la impotencia de frenar la ola de violencia, hay algunos quienes le han entregado las mismas llaves de la ciudad a la “máxima autoridad”.
