Comienzan los funerales de las víctimas del tiroteo en Highland Park

Familiares y toda una comunidad se unen para honrar la vida de las siete víctimas del más reciente tiroteo masivo que enluta a toda la nación y resalta el polarizado debate sobre el control de armas de alto calibre

Telemundo

CHICAGO- Dos de las víctimas de la masacre del desfile del 4 de julio en Highland Park dejaron huérfanos a su hijo de 2 años. Otro se estaba quedando con su familia en Illinois después de que resultó herido en un accidente vehicular.

Para algunos, era una tradición. Eran ávidos viajeros, miembros de su sinagoga y profesionales. Pero en medio de una lluvia de disparos, se convirtieron en víctimas del más reciente tiroteo masivo en el país.

Las víctimas fueron identificadas como Kevin McCarthy, de 37 años; Irina McCarthy, 35; Katherine Goldstein, 64; Esteban Strauss, 88; Jacquelyn Sundheim, 63; Nicolás Toledo-Zaragoza, 78; y Eduardo Uvaldo, de 69.

IRINA Y KEVIN MCCARTHY

Se suponía que sería un día divertido para la pareja, que trajo a su hijo de 2 años, Aiden, con ellos para ver bandas de música y las carrozas.

En cambio, ambos murieron tras los disparos, dejando a su hijo huérfano. Un extraño recogió al niño cubierto de sangre y se lo entregó a Greg Ring mientras se refugiaba con su esposa y sus tres hijos detrás de un restaurante.

“Nos miramos a los ojos y no dijimos nada. … Extendí mis brazos y ella me lo dio”, dijo Ring, al describir el intercambio con la desconocida, quien luego se acostó frente a su automóvil en estado de shock.

El niño señaló en dirección a la ruta del desfile, diciendo: “Mami, Papi, Mami, Papi”.

Horas después, la familia pudo identificar al niño y reunirlo con sus abuelos. Amigos de la familia McCarthy dijeron que los padres de Irina cuidarían al niño.

STEPHEN STRAUS

Straus llegó temprano al desfile y asistía solo, según sus nietos, quienes cenaron con él la noche anterior.

El desfile del Día de la Independencia era una tradición anual para Straus, una de las muchas formas en que el asesor financiero de 88 años se mantuvo activo e involucrado en su comunidad. Según su familia, Straus tomaba el tren para ir al trabajo todos los días, caminaba y andaba en bicicleta regularmente y le encantaba visitar museos de arte y festivales.

“A pesar de su edad, se lo llevaron demasiado pronto”, dijo su nieto Maxwell Straus.

Maxwell y su hermano, Tobías, recordaron con cariño salir a cenar los domingos por la noche con su abuelo, una rutina semanal que persistió a pesar de la pandemia del COVID-19, cuando los nietos lo visitaban desde su ventana.

Perder a su abuelo fue una experiencia surrealista, dijeron los hermanos. “Nunca imaginas que algo así pueda pasarte a ti o a tus seres queridos”, dijo Maxwell Straus.

A Stephen Straus le sobreviven un hermano, una esposa, su hijo y cuatro nietos.

JACQUELYN SUNDHEIM

Sundheim amaba su sinagoga, donde una vez enseñó en un preescolar y coordinó ceremonias de bar y bat mitzvah. Había trabajado allí durante décadas y era una miembro devota de toda la vida conocida por su amabilidad y calidez, dijeron los funcionarios de la sinagoga en un comunicado.

“No hay suficientes palabras para expresar la profundidad de nuestro dolor por la muerte de Jacki y nuestra simpatía por su familia y seres queridos”, dijeron tres líderes de la sinagoga en el comunicado.

A Sundheim, de 63 años, le sobrevive su esposo, Bruce, y su hija Leah, según un correo electrónico que la sinagoga envió a los feligreses.

NICOLAS TOLEDO-ZARAGOZA

Toledo-Zaragoza había venido a Illinois a visitar a su familia hace unos dos meses, dijo su nieta, Xochil Toledo, al Chicago Sun-Times.

Su familia quería que se quedara permanentemente a vivir con ello debido a las lesiones que había sufrido después de ser atropellado por un automóvil hace un par de años durante una visita anterior a Highland Park. Desgraciadamente Toledo fue alcanzado por tres balas y murió en el lugar del desfile.

Su muerte dejó atrás a una familia grande y amorosa que lloraba su pérdida.

Nicolás era un “hombre amoroso, creativo, aventurero y divertido”, escribió su nieta en una publicación de recaudación de fondos en línea, describiéndolo como padre de ocho hijos y abuelo de muchos. “Te amo abuelito.”

KATHERINE GOLDSTEIN

El esposo de Goldstein la describió como una compañera de viaje tranquila que siempre estaba dispuesta a visitar y descubrir lugares remotos.

“Ella nunca se quejaba”, dijo Craig Goldstein, médico del hospital, al The New York Times. “Ella siempre decía presente a cualquier viaje”.

Goldstein era madre de dos hijas de unos 20 años, Cassie y Alana. Asistió al desfile con su hija mayor, Cassie, para poder reunirse con amigos de la escuela secundaria, dijo Goldstein.

Dijo que su esposa había perdido recientemente a su madre y había pensado en qué tipo de arreglos podría querer cuando ella muriera.

Recordó que Katherine, una ávida observadora de aves, dijo que quería ser incinerada y esparcir sus restos en el área de Montrose Beach en Chicago, donde hay un santuario de aves.

EDUARDO UVALDO

Para la familia Uvaldo, como otros en el área de Highland Park, el desfile del Día de la Independencia era una tradición anual, según una página de GoFundMe organizada por su nieta, Nivia Guzmán.

Cuando estallaron los disparos desde una azotea a lo largo de la ruta del desfile, Eduardo Uvaldo recibió un disparo en el brazo y en la nuca. Su esposa, María, recibió fragmentos de bala en la cabeza y su nieto recibió un disparo en el brazo.

Eduardo Uvaldo fue llevado al hospital donde, después de recibir tratamiento y evaluación de los médicos, le dijeron a la familia que no había nada más que hacer, escribió Guzmán.

Uvaldo murió poco antes de las 8 a.m. del miércoles en el Hospital Evanston.

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