CHICAGO – Sin armas, pero con mucha voluntad, un grupo de voluntarios se puso a la orden de la CTA para combatir el crimen que a menudo sucede en el sistema de transporte público.
“Estamos dispuestos a morir por la justicia. Estamos dispuestos a saltar delante de una bala”, aseguró Demetrius Whitney, voluntario.
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Vestidos con uniformes llamativos y sin armas, un grupo llamado “los interruptores de violencia” ofrecen sus destrezas en artes marciales y defensa para detener la ola de violencia tanto en trenes como en autobuses.
“No somos policías, no somos vigilantes. No planeamos herir a nadie”, dijo Teo Hardiman.
Este grupo afirmó que ha habido un aumento de 17% en los delitos que se registran en la CTA en comparación con el mismo período el año pasado.
El grupo aspira a reunirse con las autoridades para coordinar esfuerzos, pues según ellos, saben muy bien cómo combatir el crimen.
“¿Crees que no sabemos a qué nos enfrentamos con los jóvenes que están aquí afuera haciendo de las suyas? Nosotros éramos esos jóvenes, pero cambiamos nuestras vidas y ahora estamos dispuestos a morir por la justicia”, exclamó Whitney.
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Algunas personas se han mostrado en apoyo, mientras otros critican la iniciativa.
Por lo pronto, estos voluntarios harán recorridos en la línea roja del tren y viajarán hacia Howard en dirección norte y hacia la calle 95 en dirección sur.
