CHICAGO- El Departamento de Policía de Chicago hizo pública este martes su política final de persecución a pie, más de un año después de dos controvertidos tiroteos mortales por parte de oficiales.
Según reporta el Chicago Sun-Times, la versión final se da a conocer luego de un largo proceso que estuvo bajo intenso escrutinio después de que oficiales balearan a muerte a Adam Toledo, de 13 años, y Anthony Álvarez, de 21, durante persecuciones en marzo pasado.
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La política incluye una mayor supervisión, "directrices más claras" y capacitación adicional para los oficiales, así como una mejor recopilación de datos para analizar las actividades, según un comunicado del departamento.
Y va a reemplazar una política de persecución temporal para fines del verano.
“La seguridad de los miembros de nuestra comunidad y nuestros oficiales sigue siendo el núcleo de esta nueva política de persecución a pie”, dijo el superintendente David Brown en el comunicado. “Colaboramos internamente con nuestros oficiales y externamente con nuestros residentes para desarrollar una política en la que todos tengamos interés”.
La política se basa en las "mejores prácticas nacionales" y los aportes de la Oficina del Fiscal General de Illinois y el equipo de monitoreo independiente que da seguimiento al cumplimiento a las extensas reformas al departamento ordenadas por la corte, según CPD.
El equipo de monitoreo recomendó inicialmente que el departamento adoptara una política de persecución a pie en marzo pasado, semanas antes de que Álvarez y Toledo fueran baleados a muerte por oficiales durante persecuciones separadas.
Toledo recibió un disparo mortal en el pecho momentos después de que dejó caer un arma y levantó las manos, mientras que Álvarez fue baleado en la espalda mientras sostenía un arma de fuego.
CPD dio a conocer una política temporal de persecución a pie en mayo pasado antes de publicar un borrador final en febrero y solicitar la opinión del público después de enfrentar críticas de que la política temporal era vaga e insuficiente.
Según la política final, los oficiales tienen prohibido participar en persecuciones a menos que "exista una necesidad válida de detener a la persona" que "supere la amenaza a la seguridad que representa la persecución".
Los agentes solo pueden perseguir a los sospechosos que hayan cometido, o estén a punto de cometer, un delito grave, un delito menor de Clase A o una infracción de tráfico que “ponga en peligro la seguridad física de los demás”, o una “infracción susceptible de arresto” que “plantee una amenaza física obvia a cualquier persona.”
Los oficiales tienen prohibido perseguir a sospechosos involucrados en algunos delitos menores, como infracciones de estacionamiento y ordenanzas, y ciertas infracciones de tránsito, como violaciones relacionadas con licencias y seguros.
**Con información del Chicago Sun-Times.
