CHICAGO- La madre de Cooper Roberts, el niño de 8 años baleado y que quedó paralizado tras el tiroteo masivo del 4 de julio en Highland Park, ofreció el miércoles su primera declaración pública, agradeciendo a todas las personas que acudieron en ayuda de su hijo.
“Quiero agradecer a las personas que estuvieron allí para ayudarnos inmediatamente después de esta tragedia mientras estábamos sentados, conmocionados, asustados y sangrando en la acera en un desfile en nuestra ciudadl”, dijo Keely Roberts. “Cuando nos dispararon, no fue la policía ni los bomberos quienes nos ayudaron primero, fueron los miembros de la comunidad, un médico y enfermeras fuera de servicio y otros asistentes al desfile, quienes corrieron a nuestro lado”.
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En un video adjunto, Keely Roberts agregó que "Cooper no estaría vivo hoy si no fuera por el acto de estas personas que arriesgaron todo para asegurarse de que mi niño pequeño viviera".
Cooper continúa recibiendo tratamiento en el Comer Children's Hospital de la Universidad de Chicago, donde permanece en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Una bala le entró en el abdomen, le dañó órganos vitales y le cortó la médula espinal, lo que lo dejó paralizado de cintura para abajo.
La familia Roberts asistía a la celebración del 4 de julio cuando un hombre armado abrió fuego contra la multitud desde un techo cercano. Siete personas murieron y decenas más resultaron heridas.
Robert E. Crimo III, de 21 años, enfrenta 117 cargos tras ser acusado de disparar un rifle semiautomático de estilo militar hacía la multitud desde el techo de una tienda.
