CHICAGO - Un día después de que un trabajador de bienestar infantil visitara su casa en Uptown, Andrea Hagler se acercó a su hija de 8 años que dormía y le puso una bolsa de plástico en la cabeza, según la policía.
Amaria Osby se despertó y comenzó a gritar: “Mamá, detente”, pero Hagler siguió sujetando a la niña, de acuerdo con la policía y los fiscales. Hagler, quien había bebido cloro, luego se puso la bolsa sobre la cabeza y se acostó junto a su hija en la cama.
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Así los encontró el cuñado de Hagler cuando pasó por el apartamento del primer piso en la cuadra 4600 de North Winthrop Avenue alrededor de las 11 a.m. del miércoles, dijo la policía.
Amaria había fallecido, pero Hagler aún estaba viva, informó la policía. El cuñado llamó a su esposa, quien llamó al 911. Los paramédicos intentaron atenderla, pero Hagler “tensó los brazos y el cuerpo y se negó a soltar las manos”, según un informe policial.
Hagler finalmente fue esposada para que pudiera ser llevada al Weiss Memorial Hospital, donde figuraba en buenas condiciones.
La autopsia de su hija determinó que había muerto a causa de las heridas sufridas durante un asalto y que también tenía lesiones consistentes con asfixia. Hagler, de 38 años, fue acusada de asesinato en primer grado.
“La última imagen de esta niña es la de su madre colocando una bolsa de plástico alrededor de su cabeza para asfixiarla”, dijo la jueza del condado de Cook, Maryam Ahmad, en la audiencia inicial de Hagler en la corte el viernes.
Ahmad ordenó que Hagler fuera retenida sin derecho a fianza. “La naturaleza de la ofensa en este caso es tan devastadora que el tribunal determina que la acusada representaría un peligro real y presente para los demás”, sostuvo la jueza.
En una declaración a los detectives, Hagler confesó que mató a su hija porque “pensó que [la niña] ya no la amaba y estaba del lado de su padre”, indicó el fiscal estatal adjunto James Murphy. “Ella sintió que era su hora de irse”.
Hagler comentó que ella y su hija oraron antes de acostarse alrededor de las 8 p.m. ó 9 p.m. del martes. También ella dijo que bebió cloro, pero no le dio nada a su hija.
Hagler admitió haber usado la droga PCP recientemente, y un informe de toxicología mostró que la droga estaba en su sistema, según detalló el fiscal estatal adjunto James Murphy.
Hagler trabaja como terapeuta ocupacional y ha luchado contra la depresión, dijo a la jueza el asistente del defensor público Chris Anderson.
Un trabajador social del Departamento de Servicios para Niños y Familias de Illinois (DCFS, por sus siglas en inglés) había visitado a la familia un día antes del asesinato, pero la agencia afirmó que “nuestro investigador no notó signos de abuso, negligencia o peligro”.
DCFS dijo que tuvo “contacto previo con esta familia” y que la familia había participado en servicios de familia intacta por un incidente relacionado con el abuso de sustancias en 2017. La visita reciente fue el resultado de una denuncia de violencia doméstica y fue el primer contacto con la familia desde que cerró el caso anterior en 2018.
La agencia aclaró que la acusación de violencia doméstica involucraba abuso de uno de los padres por parte del otro, no abuso del niño.
Presionado para proporcionar un cronograma de cuándo DCFS fue notificado sobre la acusación de abuso, un portavoz de la agencia indicó que “todavía es una investigación activa” y agregó que no se divulgaría información adicional más allá de la declaración.
En 2017, Hagler fue arrestada por DUI y peligro para niños después de chocar en la autopista Eisenhower cerca de Peoria Street, según muestran los registros judiciales. La policía estatal informó que Hagler estaba “aturdida y confundida”, no podía deletrear su apellido y no parecía darse cuenta de que había chocado el auto contra una mediana de concreto.
Su hija, quien tenía 3 años en ese momento, estaba en el asiento trasero. La niña fue entregada a la custodia de la hermana de Hagler, según muestran los registros judiciales.
