Cuatro hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fueron acusados este viernes en Chicago de asumir el control del imperio de su padre después de su arresto y de fortalecer su control sobre el cartel a través de violencia brutal.
Los cargos contra los cuatro hombres, conocidos como los "Chapitos", son parte de una campaña más amplia del Departamento de Justicia contra lo que el fiscal general Merrick Garland llamó "la operación de tráfico de fentanilo más grande, violenta y prolífica del mundo, dirigida por el Cartel de Sinaloa". y alimentado por compañías químicas y farmacéuticas precursoras chinas”.
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En los últimos años, las muertes relacionadas con el fentanilo en Chicago y en otras partes del país han aumentado a niveles alarmantes, lo que llevó a la Administración para el Control de Drogas y otros agentes del orden público federales y locales a redoblar sus esfuerzos para cortar el suministro en México.
El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína y es la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 49 años, según las autoridades federales.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López fueron acusado en una corte en Chicago.
Funcionarios del Departamento de Justicia los acusaron de torturar a sus enemigos electrocutándolos, sumergiéndolos y dándolos de comer vivos a los tigres.
La acusación de Chicago relaciona específicamente a los hombres con al menos cuatro asesinatos. La administradora de la DEA, Anne Milgram, indicó que los hombres tomaron el cartel de su padre y lo hicieron “más despiadado, más violento, más letal”. Y lo usaron para esparcir un nuevo veneno, fentanilo.
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La acusación presentada en Chicago acusa a los os hermanos de estar involucrados en la Batalla de Culiacán en el bastión del cartel de Sinaloa en México, donde el 17 de octubre de 2019 unos 700 miembros armados del cartel atacaron objetivos gubernamentales y militares, frustrando la captura de Ovidio Guzmán López.
Más tarde fue detenido el 6 de enero en Culiacán y permanece bajo custodia en México pendiente de extradición, según las autoridades.
Las autoridades federales ofrecen recompensas de hasta $10 millones por información que conduzca a los arrestos y condenas de los “Chapitos”. Su padre, El Chapo, cumple cadena perpetua en Colorado después de su condena en 2019 en un tribunal federal de Brooklyn.
El fiscal federal interino Morris Pasqual se unió a Garland para el anuncio en Washington. Dijo que las acusaciones “brindan un paso sustancial para llevar ante la justicia a esta generación más joven de líderes del Cartel de Sinaloa por más de una década de daños causados por su empresa”.
“El daño que estas drogas peligrosas han causado en los vecindarios de Chicago es realmente inconmensurable”, dijo Pasqual.
La acusación formal alega que los “Chapitos” enviaban drogas desde países de América Central y del Sur a México utilizando aviones, submarinos, barcos y otros medios de transporte, y luego las introducían de contrabando en Estados Unidos utilizando vehículos, vagones de tren y túneles.
En última instancia, vendieron y distribuyeron cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana en toda el área metropolitana de Chicago.
Los "Chapitos", según la acusación de Chicago, fueron responsables de 20 kilogramos de heroína incautados en el área de Chicago el 13 de noviembre de 2008.
Eso probablemente se refiere a 20 kilogramos de heroína incautados ese día en el suburbio de Northlake y acreditados a la cooperación de Margarito y Pedro Flores, gemelos de Chicago que se encontraban entre los principales clientes de "El Chapo".
Su cooperación condujo al arresto y condena de "El Chapo".
La acusación también señala a los "Chapitos" de asesinato, secuestro y agresión, incluso contra agentes del orden, rivales y miembros de su propio cartel.
