CHICAGO - Los concejales estaban supuestos a votar en una enmienda para poner una pregunta en las próximas elecciones si Chicago debe ser una ciudad santuario o no, pero al final del día no hubo una votación.
Sin embargo, lo que sí hubo fue una caótica reunión con gritos y acusaciones entre los concejales que estuvieron presente.
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El concejal Carlos Ramírez Rosa fue acusado por el concejal Raymond López de impedir el paso de una de sus colegas a la cámara para evitar que hubiese quórum para la votación, pero finalmente pudieron proseguir cuando la concejal pudo entrar.
"Literalmente tuve que poner mi cuerpo en su contra y empujarlo para que ella pudiera entrar", comentó el concejal Raymond López.
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Todo se tornó en caos, no hubo votación y hasta las luces fueron apagadas cuando los concejales continuaban dentro de la cámara.
¿Cuál fue la manzana de la discordia? La enmienda a la ordenanza sobre ciudad santuario que propone que sean los votantes quienes decidan en la próxima elección municipal si Chicago debe continuar siendo o no una ciudad santuario.
De acuerdo con el concejal Anthony Baele del distrito 9 de Chicago, el ser una ciudad santuario no requiere gastos de comida y vivienda a diario.
Se estima que la ciudad gasta cerca de $31 millones mensuales en la crisis migratoria.
Cabe mencionar que Telemundo Chicago ha intentado en varias ocasiones de comunicarse con el concejal Ramírez Rosa, pero hasta el momento no ha respondido a nuestras llamadas ni mensajes de texto.
Por lo pronto, se espera que esta propuesta se siga debatiendo y vaya a votación en la próxima reunión del Concilio Municipal este próximo martes.
