Uno de los rostros de las detenciones y deportaciones en la frontera son padres de niños ciudadanos de Estados Unidos.
La organización Human Rights Watch estimó en un estudio reciente que de los cerca de 700,000 adultos y niños detenidos en la frontera por oficiales de inmigración entre el 1 de octubre de 2010 y el 30 de septiembre de 2012, sobre 101,900, o un 15 por ciento, de indocumentados fueron padres de un ciudadano.
Esto significa que sobre 202,000 niños estadounidenses posiblemente perdieron a un padre con el que tenían un vínculo fuerte durante este periodo.
[Relacionado: México da actas de nacimiento a inmigrantes en EEUU]
Con datos obtenidos a través de la Ley por la Libertad de la Información, la organización encontró que un 60 por ciento estos padres detenidos son procesados a través de la deportación sumaria.
La deportación sumaria permite la expulsión inmediata de indocumentados que no han sido admitidos en Estados Unidos, han estado por menos de dos años y no tienen documentos o los documentos que poseen son fraudulentos.
Otro procedimiento lo es la deportación por reingreso ilegal, para aquellos que fueron deportados pero volvieron a entrar al país sin documentos.
Historias Destacadas
[Relacionado: Indocumentados recibirían más dinero]
El reporte también indicó que 1 de cada 5 indocumentados que enfrentaron cargos por entrar o reentrar ilegalmente a Estados Unidos durante este periodo dijeron tener hijos ciudadanos.
Aunque tener un hijo ciudadano no significa en todos los casos tener vínculos sustanciales en Estados Unidos, la organización develó que menos del 10 por ciento de estos padres se les permitió una audiencia para solicitar alivio migratorio basado en lazos familiares fuertes.
[Relacionado: ¿Qué hacer mientras llega la reforma migratoria?]
El estudio llega a casi dos meses de que el presidente Barack Obama anunciara una serie de medidas ejecutivas para ofrecer alivio migratorio a indocumentados, que incluye la expansión de DACA (llamado en inglés Deferred Action for Childhood Arrivals) y la creación de DAPA (Deferred Action for Parental Accountability) para padres con al menos un hijo que es ciudadano estadounidense o residente permanente y que han vivido en el país por más de cinco años.
Se estima que más de 2 millones de indocumentados han sido deportados desde el 2008 durante la administración de Obama.
