Frontera: La última línea de defensa

El condado Brooks en Texas es una zona que enfrenta un grave problema del tráfico de drogas y de inmigrantes indocumentados, sin embargo, por ubicarse a 70 millas al norte de la frontera, no cuenta con fondos federales.

Ante la falta de dicho apoyo, rancheros y otros residentes del Condado han formado un grupo de voluntarios, que con su propio dinero, financian operativos de vigilancia en sus ranchos e interceptan a inmigrantes y a contrabandistas.

“Pandilleros, narcotraficantes, gente que no necesariamente vienen a buscar trabajo, vienen a involucrarse en actividades criminales aquí en Estados Unidos”, dijo Mike Vickers, portavoz de “Texas Border Volunteers”.

Vickers culpa directamente al gobierno federal por esta peligrosa situación, ya que dice teme por su vida y la de su familia.

Por otra parte, el fiscal del condado Brooks, Carlos Omar García, dijo que la situación es grave, que inclusive han tenido que dejar libres a traficantes de drogas sorprendidos con cargas menores, ya que el Estado no tiene los fondos necesarios para procesarlos y el gobierno solamente se involucra si la cantidad incautada es muy grande.

“El sistema de justicia, no está siendo algo con ellos”, dijo García, quien admite que el sur de Texas está viviendo en una crisis por la falta de recursos.

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