HARGILL.- Un padre y sus dos hijos le dispararon a un agente federal de inmigración que estaba estacionado afuera de su casa en la frontera texana esta semana porque tenían miedo de que fuera a irrumpir en la vivienda, dijo un familiar a un periódico local.
El agente Kelton Harrison del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos recibió un balazo en la espalda la madrugada del martes cuando, según la fiscalía, Pedro Alvarez y sus hijos, de 18 y 16 años, le dispararon al vehículo de Harrison y persiguieron al agente mientras escapaba. Los fiscales dijeron que Harrison vigilaba una esperada transacción de narcotráfico. El estado de salud del agente está mejorando.
Amparo Ramírez, la matriarca de la familia, le dijo al diario local San Antonio Express-News en una historia publicada el sábado que Harrison estaba estacionado en la propiedad contigua y que no hubo ningún intento de notificar a los dueños de la casa de la actividad de vigilancia.
"Ellos pensaron que alguien estaba entrando en la casa", dijo Ramírez. "El ICE no se identificó. Los chicos explicaron lo que hicieron".
Alvarez, de 41 años, y su hijo de 18 años, Arnoldo Alvarez, fueron acusados de ataque a un agente federal y de utilizar un arma de fuego durante un crimen violento. Su hijo menor fue acusado de intento de asesinato en un tribunal estatal de distrito.
Una queja criminal señala que el joven de 16 años, cuya identidad es protegida debido a su edad, disparó alrededor de seis veces un rifle calibre .22 y que Arnoldo disparó "varios" tiros de un arma de 9mm mientras viajaban en un auto que conducía su padre. El vehículo tenía los faros apagados en la oscuridad previa al amanecer, de acuerdo con la queja.
Luego de recibir el disparo, Harrison pudo conducir varios kilómetros mientras los tres acusados lo seguían y continuaban disparando antes de que el agente perdiera el control de su camioneta. Otros agentes llegaron a la escena y uno llevó a Harrison al hospital, donde entró de inmediato al quirófano.
Historias Destacadas
El tiroteo ocurrió cerca de Hargill, unos 40 kilómetros (25 millas) al noreste de McAllen, una localidad fronteriza con México.
Alvarez y sus hijos siguen en custodia antes de las audiencias de detención.
