Arranca recta final electoral

MENTOR, Ohio.- Enfilados hacia la línea de meta, el presidente Barack Obama y su contrincante republicano Mitt Romney emprendieron el sábado las últimas 72 horas de su prolongada y agotadora contienda para lograr la victoria.

Obama y Romney arremetieron uno contra otro sobre los puntos que deben alentar a los estadounidenses a acudir a votar, explicaron por qué el electorado debe confiar en alguno de los dos y presentaron sus visiones individuales de lo que deben ser los próximos cuatro años de gobierno.

Romney intensificó el ritmo de su campaña con escalas en Nueva Hampshire, Iowa y Colorado, donde fustigó a Obama por decir el viernes a los electores que votar puede ser su "mejor venganza".

"¿Votar por `venganza'?", preguntó el candidato republicando rebosando incredulidad. "Permítanme decirles lo que me gustaría: voten por amor a su país. Es momento de que llevemos a Estados Unidos a un mejor lugar".

El nominado del Partido Republicano reiteró la postura en Iowa y difundió un anuncio televisivo con el mismo mensaje.

Obama, en eventos de campaña en Ohio, un estado clave donde ninguno es claro favorito, respondió con la advertencia de que los comicios del martes "no son la elección entre dos candidatos o dos partidos, es la elección entre dos visiones distintas para Estados Unidos".

El presidente se presentó como el candidato en el que pueden confiar los electores, renovó sus críticas contra Romney y describió como engañosos los mensajes del republicano de que los fabricantes automovilísticos están trasladando empleos estadounidenses a China.

"Ustedes quieren saber que su presidente dice lo que quiere decir y dice lo que piensa", manifestó Obama ante una multitud de 4,000 personas en el noreste de Ohio. "Tras cuatro años como presidente, ustedes me conocen", agregó.

El gobernante exhortó a los electores en un salón concurrido a que lleven a sus amigos, vecinos y parejas a las urnas para que voten temprano, pero fue práctico en una indicación: "Deben convencerlos de que voten por mí antes de que los lleven a las urnas".

La portavoz de campaña de Obama, Jennifer Psaki, dijo que el comentario del presidente sobre la venganza no era más que un recordatorio para que los electores que crean que las políticas de Romney son "malas para la clase media, tienen poder, pueden ir a las casillas y depositar el sufragio".

Cualquiera que haya sido su motivo, 27 millones de estadounidenses ya emitieron su voto adelantado en el país.

En el último día para sufragar por adelantado, los electores en algunos condados de Florida como Miami-Dade y Broward esperaban hasta cuatro horas para votar.

El senador demócrata por Florida Bill Nelson pidió al gobernador republicano que extienda el plazo para votar por adelantado al menos hasta el domingo, debido a que "un número no precisado de electores fueron rechazados o desalentados de acudir a votar".

El vicepresidente Joe Biden expresó en Aravada, Colorado: "estoy muy listo para ganar esta elección", postura que comparten todos los contrincantes.

Antes de partir de Washington, Obama, en sus funciones presidenciales, encabezó la difusión del informe del organismo gubernamental de asistencia ante desastres sobre la reacción federal ante la supertormenta Sandy. El presidente dijo que son necesarias todavía más acciones para la recuperación aunque dijo que todas las partes implicados darían el "120% de sus esfuerzos".

"No hay nada más importante que nosotros hagamos esto bien", dijo Obama, consciente de que era vital para sus perspectivas políticas la reacción gubernamental en el lugar mismo del desastre. Después, el mandatario comenzó su propia gira de campaña por tres estados.

Después de asistir a mítines en su mayoría pequeños y medianos durante gran parte de la campaña, el equipo de Obama planea una serie de actos más grandes este fin de semana que buscan atraer grandes multitudes en estados en disputa. Aun así los demócratas no esperan atraer las masivas audiencias que Obama tuvo en los últimos días de la contienda de 2008, cuando llegó a convocar hasta 50.000 personas.

En una repetición del 2008, algunas de las personas que acompañaron al presidente en los actos proselitistas de hace cuatro años se sumaron al trayecto final de la última campaña política del mandatario. Entre estos figuran Robert Gibbs, que fue el primer secretario de prensa de la Casa Blanca para Obama, y Reggie Love, ex asesor personal del mandatario que dejó el cargo a principios de año.

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