Fanáticos enardecidos de Gerardo Ortíz provocaron una especie de motín en una discoteca de Spring Garden, Filadelfia cuando el artista no se presentó, como estaba estipulado el pasado sábado.
Las versiones sobre las razones del cantante mexicano para no pisar el escenario fueron variadas. Muchos de sus seguidores publicaron en Facebook que estaba mal de salud, que tenía miedo y que simplemente no acudió a la actividad.
Su grupo de manejo pidió disculpas por Twitter aduciendo que el artista estaba enfermo. Sin embargo aparece en la misma red social degustando una cerveza previo al espectáculo.
Según Iván Lucero, un testigo quien grabó lo ocurrido en Facebook Live, el error fue de los productores del evento en no dejarle saber a la audiencia que el cantante no se presentaría. “La gente se pone a tomar y a tomar y cuando no llega el artista se enoja, porque aunque se presentaron otros grupos querían ver al Sr. Ortíz”, destacó Lucero quien pagó por su entrada $45 mientras que otros de sus compañeros adquirieron boletos en hasta $60.
Lucero dijo además que “si hubieran dicho las cosas como eran desde un principio todo esto se habría evitado. El ambiente cambió por completo. Las mujeres estaban espantadas y los hombres empezaron a tirar cervezas y cuanta cosa tenían. Se subieron en el escenario y quebraron los instrumentos”.
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Recordó que se quedó perplejo grabando lo que a su alrededor ocurría sin miedo, pese a que le lanzaron una cerveza, pero entendió que no tenía que ver con él, sino con la rabia de los asistentes por no poder ver al artista por el que pagaron.
Un portavoz de District Night Club, donde se llevó a cabo el evento y quien se identificó simplemente como Richard, dijo a Telemundo 62 que Gerardo Ortiz estaba tras bastidores listo para su presentación cuando comenzó la algarabía y se negó a salir por su seguridad. Agregó que esta era la primera vez que algo de esa intensidad ocurría en ese lugar.
Para el concierto se contrataron unos 20 guardias privados que no pudieron detener a las 1,8000 almas enojadas. Según los organizadores fue difícil controlar la situación.
