Crean nuevo modelo para predecir tormentas

Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de las Universidades de Princeton y Rutgers así como del Instituto Oceanográfico Woods Hole de EE.UU. prevé un incremento de las tormentas similares al huracán Sandy, que azotó la costa este estadounidense en 2012.

Los científicos han creado un modelo de predicción que, en el peor de los casos, plantea que para el año 2100 la costa este de EE.UU. puede sufrir inundaciones como las provocadas por Sandy con una frecuencia 17 veces mayor.

Más allá de esta predicción en particular, el nuevo modelo ofrece una nueva herramienta importante que puede predecir con mayor precisión los tipos de inundaciones pluviales que amenazarán ciudades costeras durante el próximo siglo.

La nueva simulación se compromete a proporcionar una imagen de los riesgos de inundación costera a largo plazo, al tener en cuenta tanto el aumento del nivel del mar como la actividad de las tormentas debido al cambio climático.

Los científicos llaman a las inundaciones asociadas con las tormentas costeras "inundaciones de sobretensión", en referencia al ascenso de las aguas costeras debido a la marejada ciclónica (producida por las fuerzas de presión y el viento de una tormenta) y la subida del nivel del mar.

"Para prepararnos para los futuros huracanes, necesitamos saber qué ciudades costeras se enfrentarán a ellos en las próximas décadas, pero los modelos del pasado no han contabilizado todos los factores dinámicos importantes que intervienen en la predicción de las inundaciones de sobretensión", dijo Ning Lin, autor principal del estudio.

"Se necesitan números para planificar, y este análisis pone el aumento del nivel del mar y el de las tormentas climatológicas juntas sobre una base cuantitativa", agregó.

El huracán Sandy fue el segundo huracán más costoso en la historia de EE.UU., en gran parte debido a la alta marea de tormenta -la altura combinada de la marea del océano normal y la marejada- que inundó grandes zonas de la ciudad de Nueva York y la costa de Nueva Jersey.

La tormenta causó unos 71.000 millones de dólares en daños y causó la muerte a 157 personas en Estados Unidos.

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